El presidente Javier Milei regresa a la Argentina con una suerte de espaldarazo clave del papa Francisco para avanzar con su programa tendiente a revertir la crisis económica y social que transita el país. El jefe de Estado buscó reconstruir la relación con el Sumo Pontífice, a quien criticó con extrema dureza durante la campaña electoral, y consiguió que en el Vaticano destaquen la buena sintonía y el deseo para “reforzarla aún más”.
La primera audiencia formal entre ambos se extendió por 70 minutos, plazo que expuso el interés de Jorge Bergoglio por escuchar de primera mano los planes del liberal libertario. “Durante las cordiales conversaciones en la Secretaría de Estado, se expresó satisfacción por las buenas relaciones entre la Santa Sede y la República Argentina y el deseo de reforzarlas aún más. A continuación, se detuvieron en el programa del nuevo Gobierno para enfrentar la crisis económica”, precisó el Vaticano a través de un comunicado.
Según se reconstruyó, el Papa escuchó atentamente la exposición del presidente Milei para conocer su diagnóstico de la situación y sus ideas para revertir el grave escenario, donde la pobreza podría posicionarse cerca del 50% y la inflación corre todavía a niveles acuciantes para los sectores más vulnerables.
Al término del encuentro, Milei dejó trascender por los medios de comunicación que habló sobre la herencia recibida, sobre sus ideas para terminar con los privilegios de la casta política y que el Sumo Pontífice comprendió sus objetivos y no le manifestó reparos.
El ministro del Interior, Guillermo Francos, destacó los resultados de ese cónclave: “Su palabra nos llenó de esperanza y nos dió la fuerza necesaria para seguir trabajando día a día por la prosperidad de nuestra Argentina”.
Francos integró la comitiva oficial que acompañó a Milei, al igual que la ministra de Exteriores, Diana Mondino; la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello; el secretario de Culto, Francisco Sánchez, y el embajador en Israel, el rabino Axel Wahnish.
La conversación entre Milei y Bergoglio se adentró hacia el final en otras cuestiones, vinculadas a “temas internacionales, en particular los conflictos actuales y el compromiso por la paz entre las naciones”.
El secretario de Culto de la Nación, Francisco Sánchez, también resaltó la buena “sintonía” que se vivió durante la audiencia. “Hablé con varios cardenales (en el Vaticano) y estaban todos muy impresionados por esa sintonía” entre el mandatario y el pontífice, afirmó Sánchez en declaraciones a Radio Mitre.
El secretario de Culto indicó que en la Santa Sede “no se dedica tanto tiempo a ninguna representación internacional como se le concedió a Milei”, y destacó que “todo se desarrolló allí muy por encima de los estándares esperados”.
Al respecto, vale recordar el tiempo que le dedicó el papa Francisco a sus primeras reuniones con los antecesores de Milei: la audiencia con Alberto Fernández fue de 40 minuto; con Mauricio Macri de apenas 22 y con Cristina Kirchner de 30 minutos, aunque esos contactos se sucedieron y llegaron a incluir un almuerzo de hasta tres horas.
“Nos dejó a todos muy conformes”, evaluó Sánchez, quien elogió además “el gesto del Presidente hacia Francisco” durante la ceremonia de canonización de la flamante santa argentina Mama Antula.
Durante el encuentro, Milei formalizó su decisión de proponer al diplomático Luis Pablo María Beltramino como embajador ante el Vaticano. Una vez que se confirme el plácet, Beltramino se hará cargo de la embajada ubicada en Via della Conciliazione 22, a metros de la Plaza San Pedro.
Hasta inicios de febrero, la embajadora argentina era la diplomática María Fernanda Silva, designada por el expresidente Alberto Fernández a inicios de su gestión en 2020.
Finalizado el encuentro, el papa Francisco sumó al resto de los integrantes de la comitiva argentina y se produjo el habitual intercambio de regalos. En particular, a Milei le entregó un medallón de bronce con una representación del Baldaquino de San Pedro, que representa la armonía entre lo sagrado y lo divino, uniendo el cielo y la tierra en una visión única y en cuyo centro brilla la paloma del Espíritu Santo, símbolo de unidad, fuerza e inspiración para la Iglesia, según el texto del pergamino que le dio junto al presente.
El presidente Milei continuó luego con las últimas actividades oficiales de la extensa gira por el exterior que inició la semana pasada en Israel. Fue recibido por el jefe de Estado italiano, Sergio Mattarella, y después se encontró con la primera ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni.
Meloni informó, a través de sus redes sociales, que fue “una reunión positiva” y precisó: “Abordamos el desarrollo de nuevas asociaciones en sectores clave para nuestras economías como la energía, las infraestructuras y la agroalimentación. Italia y Argentina cuentan con un profundo vínculo histórico y cultural que esperamos continúe para una cooperación renovada en diversos campos”.
En paralelo, se difundieron algunas declaraciones de Milei a la prensa italiana, en las que se refirió al giro en su relación con el papa Francisco. “Se evoluciona, las cosas se entienden y una de las cosas que he entendido en los últimos tiempos es que el Papa es la persona, la institución argentina más importante, es el líder de los católicos en el mundo”, dijo.
“Tuve que reconsiderar algunas posiciones y, a partir de ese momento, comenzamos a construir un vínculo positivo”, agregó.