El expresidente uruguayo, José “Pepe” Mujica, criticó la gestión de la epidemia de dengue de la administración local comandada por Javier Milei -sin nombrarlo- y aseguró que los argentinos cruzan a su país para buscar repelente. Seguro de que hubo falta de previsión de las autoridades, el antes mandatario destacó la importancia de invertir en ciencia y cuidar a los investigadores, pese a que los resultados de esas inversiones recién se ven a mediano y largo plazo.
“La Argentina se parece cada vez más a nuestra pobre América Latina”, analizó Mujica. Además, en su tradicional columna de los jueves en Radio 10, el dirigente del Frente Amplio, de 88 años, manifestó que estaba al tanto de la escasez y los altos precios del repelente en nuestro país.
Al respecto, el líder izquierdista contó: “Me consta porque han venido algunos argentinos y se han llevado bastante repelente de acá”. Y deslizó: “Que viajen a Brasil a conseguir porque nosotros nos vamos a quedar en la lona”, según pudo recopilar La Nación.
En ese marco, Mujica consideró como algo “doloroso” lo que ocurre, con 129 muertos y más de 180.000 contagios de dengue, y dijo que esos datos responden a una “falta de provisión” sobre lo que podía llegar a pasar.
El análisis de “Pepe” Mujica
“Creo que estos son problemas que han venido para quedarse. No se puede reducir la idea de seguridad a una cuestión policial o militar; la idea de seguridad, cada vez más, está embebida de la cuestión sanitaria, de hacer frente a los desafíos que impone la salud pública”, destacó el expresidente de Uruguay.
Y agregó: “Esta actividad en el Estado pasa a ser una cuestión central porque varios índices globales están indicando que están pasando cosas en el mundo que afectan los clásicos ciclos biológicos”. En esa línea acotó: “Estamos expuestos en esta humanidad de 8000 millones de personas que se mueven incesantemente de un lado hacia el otro, con un clima inestable que influye en los equilibrios de la biología”.
“Eso desata consecuencias directas e indirectas que no podemos medir en el foco de la vida de los virus, en el campo de los eucariotas, de lo que podemos llamar la vida invisible, pero que es cuantiosa y sobre la cual reposa, para bien y para mal, nuestra propia existencia”, detalló Mujica.
Convencido de que la naturaleza es un conjunto de “complejas interdependencias”, el expresidente relató que cuando se altera una de ellas también se afectan las otras, y eso entonces trae consecuencias y cambios en los eucariotas y los virus. Al estar expuestos a eso, los seres humanos -de acuerdo a lo que señaló- “necesitan la presencia permanente” de un Estado que colectivamente los ampare, como así también de las áreas de la ciencia que ayuden a mitigar los efectos.
En ese marco, Mujica comentó que a los investigadores latinoamericanos “tienden a captarlos y a llevárselos” desde otros países, y sobre eso expresó: “Tendemos a perder el capital activo más valioso de nuestras sociedades, pero que suele no hacer ruido; y está allí y no le damos valor. Adquiere un valor cuando las papas queman y después nos olvidamos, y así sucesivamente. Se necesita una política de Estado de largo aliento que visualice estas cuestiones”.
Siempre bajo esa postura, Mujica dijo que los desafíos que impondrá la naturaleza en este tiempo obligan a tener “un Estado vigilante” que cuide a sus investigadores y les dé los recursos económicos. “Los desafíos biológicos van a estar a la vuelta de la esquina porque somos muchos en el mundo, incidimos sobre la naturaleza y apresuramos las claves del cambio que la naturaleza tiene en su enorme bastedad”, apuntó el expresidente.
“Eso tendrá cosas para bien, y muchas para mal, y necesitamos que la ciencia nos ampare. Pero como estas cuestiones tocan el presupuesto y son de mediano y largo plazo, todavía apurados por el déficit fiscal y todo lo demás es de lo que menos se van a acordar, y una de las tantas desgracias de nuestra América Latina”, consideró el uruguayo.
Para concluir su reflexión, el exmandatario sentenció: “La Argentina, más que nunca, esa alegre y formidable Argentina que fue esplendorosa, cada vez se parece más a lo que es nuestra pobre América Latina. Seamos conscientes, humildes y luchemos, pero recordemos que ningún cordero se salvó balando”.