Cristina Kirchner reunió a toda la militancia K en La Plata en busca de articular un discurso de fuerte tono electoral, con el objetivo de instalar su candidatura presidencial de cara a las elecciones del año que viene.
La vicepresidenta buscó posicionarse como la única peronista capaz de evitar que la oposición retome el poder y sin decirle de manera directa dejó en claro que para ganar las elecciones hay que conquistar a la provincia de Buenos Aires.
Tanto es así que Cristina Kirchner basó una gran parte de su discurso en las dos grandes preocupaciones que tiene el conurbano: la inseguridad y la inflación.
Cuáles son los ejes del plan “volver”
Cristina Kirchner trabaja sobre siete ejes que forman parte del plan “volver”, en los que trabaja para rearmar su candidatura presidencial:
Volver, según especifica un informe de TN, porque los que están ahora “son otros”, que cambiaron las ideas que ella pregona como por ejemplo, no acordar con el FMI, aunque ella haya elegido a Alberto Fernández como candidato.
Volver, porque sintió necesario viajar al pasado paran invocar a Juan Domingo Perón y aludir a los montoneros del setenta, para refugiarse en esa historia que nunca compartió. Y así decir que el peronismo luchó por la libertad, según especificó.
Volver porque Néstor y Cristina, dice ella, supieron gobernar durante tres mandatos y lo hicieron bien. Recurrió a la remanida idea de nosotros o nadie.
Volver porque el peronismo, sin ella, estará “dividido” y será “inocuo” para encarar un cambio y ella es la única capaz de articularlo, aseguró la vicepresidenta.
Volver, asegura Cristina, para volver a ser la Argentina que fuimos, aunque olvida que el kirchnerismo gobernó 15 de los últimos 19 años y, ahora, medio país está sumergido en la pobreza.
Volver porque ella “se siente eterna”, pero desprecia a los jueces que, por imperativo de la Constitución nacional, permanecen en sus cargos de por vida para asegurar que sean independientes.
Y finalmente, volver, porque, según asegura Cristina, lo nuevo y el cambio es el kirchnerismo.