Omar Palermo atesora en su teléfono un mensaje que le llegó el domingo pasado. “Buenas tardes doctor, discúlpeme que lo moleste. Sé que es domingo y no lo quiero importunar, pero me gustaría charlar con usted. Soy Alberto Fernández”. En el diálogo posterior, se enteró que iba a ser uno de los 11 miembros del comité de juristas que analizará qué cambios necesita la Justicia Federal, además de los ya planteados por el Ejecutivo.
Ironías del destino, ese “reconocimiento” encuentra al juez de la Suprema Corte embarcado en una dura puja dentro del máximo tribunal mendocino y con el oficialismo provincial, en particular con el ex gobernador Alfredo Cornejo.
-Usted que conoce la Justicia Federal, ¿cree que la falla está en el sistema acusatorio o hay más?
-Me parece que el sistema acusatorio actual tiene una falla porque está concentrado todo el poder en un solo ámbito. Son muy pocos jueces que tienen competencia sobre temas muy sensibles. El juez debe tener el poder de juez y nada más. No puede ejercerlo de manera política. Entonces la sensación que ha quedado siempre de Comodoro Py es que ejercían de acuerdo con el oficialismo que coyunturalmente mandara en el país, recayendo sobre los opositores. Me da la impresión de que una reforma como la que propone Fernández puede terminar con eso. No veo una direccionalidad en la reforma.
-¿No ve detrás de la reforma un intento de favorecer a Cristina Kirchner entonces?
-No, no lo veo. Además, en la charla que tuvimos con el Presidente, él fue muy claro: “He recurrido a ustedes que son los máximos especialistas que tenemos para que me ayuden a mejorar la Justicia. Quiero que las ideas las pongan ustedes”. No nos dio una sola directiva.
-Pero hace ruido la presencia del abogado de la Vicepresidenta en la comisión de expertos.
-Entiendo la lectura política de eso, pero no identificaría al abogado con su cliente. Beraldi es importante que esté por dos razones: porque es un profesional indiscutible y porque además tiene la visión de abogado, que es importante. Me parece que identificar eso con la defensa en las causas que tiene la doctora Kirchner es desde el punto de vista técnico un error.
-¿Apoyaría una ampliación de la Corte Suprema?
-No lo tengo claro y me gustaría conversar con los colegas de la Corte. Sé que tienen una cantidad de casos imposible de resolver humanamente. Me gustaría identificar los problemas para saber cuál es la reforma que hace falta.
-Con su salto al escenario nacional, nadie cuestionó su calidad como jurista, pero sí se hizo foco en su vínculo con Justicia Legítima y se reprodujo una declaración suya en la que se declara orgulloso de esa pertenencia.
-Lo dije en una conferencia, que está en Internet y se puede ver, en la que hablé sobre ideología y Poder Judicial. Creo que Justicia Legítima es una asociación civil como lo son los colegios de abogados o las asociaciones de magistrados. Yo no creo que sea kirchnerista, sí que tiene una línea de pensamiento contraria a la opinión hegemónica del Poder Judicial.
-¿Y cuál es esa diferencia?
-Mi diferencia fundamental con esa opinión dominante es que para mí el Poder Judicial no sólo debe ser autónomo e independiente respecto del poder político, sino también respecto de los poderes fácticos y debe establecer lazos con los sectores de mayor vulnerabilidad. Justicia Legítima apunta a esto y por eso me sentí identificado. He visto moverse a los gobiernos de turno para cooptar asociaciones de magistrados y colegios de abogados. ¿O no ocurre eso? Ellos también tienen su línea ideológica.
-Yendo a la coyuntura provincial ¿cree que sirvió la audiencia para analizar si Teresa Day cumple los requisitos para ser jueza de la Corte?
-La audiencia fue muy seria, muy respetuosa, pero quedó empañada porque el Gobierno decidió no ir. Es una pena que no hayamos podido escuchar los argumentos del oficialismo, de las personas que piensan de otra manera. Hubiera enriquecido el debate y la resolución del caso.
-Hoy la Corte parece estar en un callejón sin salida. Si vota Day es complicado porque se estaría votando a ella misma, y sin su voto parece cantado el empate…
-Eso no lo sabemos. Con mis colegas Mario Adaro y Julio Gómez encontramos un camino legal, que no ha sido resuelto, para invitar a la doctora Kemelmajer. ¿Qué mejor? A mí lo único que me obsesiona es la verdad. Quiero la verdad.
-¿Y usted cuál cree que es la verdad? ¿Day no cumple los requisitos?
-Eso no lo sé, lo debo estudiar en profundidad y si lo supiera no lo podría decir porque estaría preopinando. Tengo una intuición y lo voy a estudiar. Toda la Suprema Corte, Mendoza y la propia doctora Day, necesitan una resolución rápida de esto.
-Cornejo lo criticó muy duro e incluso lo acusó de violencia de género contra Day por un incidente en un pasillo.
-Me parece que un ex gobernador debería comportarse como un estadista, no como un hombre de la tribuna. A veces la violencia de Cornejo se parece más a la de un hombre que está en una tribuna de fútbol. Él fue la primera persona que me llamó, siendo opositor, para felicitarme por la postulación a la Corte y me dijo que a pesar de que sabía que no tenía su misma línea de pensamiento, le gustaba que yo fuera una persona honesta e independiente. Y cambió: de golpe pasé a ser un juez que no garantiza independencia.
-¿Qué pasó en el medio?
-Creo que lo que molesta a Cornejo es justamente lo que en aquel momento como opositor alababa: mi independencia. ¿Por qué le molesta? No hay que escuchar tanto lo que dice sino ver lo que hace. ¿Cuál es la obsesión de Cornejo?: Los organismos de control. Por qué razón no lo sé. Basta ver quién es el presidente del Tribunal de Cuentas, la Contadora General de la Provincia, el asesor de Gobierno, el procurador general y el presidente de la Suprema Corte. Todos son personas de su extrema confianza. ¿Qué no controla? La Sala Penal de la Suprema Corte.
-¿Ésa sería la razón de las declaraciones en su contra?
-Sí, porque no me puede controlar. Lo que le molesta es mi independencia. No tengo jefes, no respondo a la política, aunque no le guste. Ahora querrá tener también el control de la Sala Penal, vaya a saber por qué razón. Está claro que sigo siendo el mismo que él apoyó; el que cambió es él.
-Su descripción convierte a Cornejo en casi todopoderoso.
-Cornejo tiene, si consideramos los estamentos de control, su influencia en la Legislatura y su influencia en el Poder Ejecutivo, la suma del poder público sin ser el gobernador. Eso no ha ocurrido nunca en la historia de Mendoza. Entonces, lo que este señor que tiene ahora la suma del poder público quiere, es que todos le respondamos. Yo no le voy a responder y eso es lo que le molesta.