María Teresa Day llegó en junio de 2020 a la Suprema Corte de Justicia envuelta en dudas sobre si cumplía o no los requisitos para integrar el máximo tribunal. Siete meses después de su asunción, sus pares finalmente se expresaron al respecto en una votación dividida por la grieta judicial. El fallo, que trascendió el jueves pero recién se publicará el lunes, considera que tiene los 10 años previos de ejercicio de la profesión de abogada, el mayor cuestionamiento que se le viene haciendo desde que fue postulada por el gobernador Rodolfo Suárez.
El 4 a 3 a favor de la ex coordinadora del Ministerio Público Fiscal se concretó con los votos previsibles de los tres ministros “filo radicales”: Dalmiro Garay, José Valerio y Pedro Llorente. El cuarto, que inclinó la balanza contra los tres negativos del “ala peronista” (Julio Gómez, Mario Adaro y Omar Palermo), fue el de la camarista civil Alejandra Orbelli, quien subrogó a la propia Day en el plenario. Un dato que hicieron trascender desde el oficialismo en la Suprema Corte sobre la conjueza es que parece trascender la grieta política, porque votó con el ala radical y es sobrina del ex diputado del PJ Luis Orbelli. Además, su marido, Javier Montoro, fue titular del EPAS durante el gobierno de Francisco Pérez.
Pero estos antecedentes no bastaron para que organismos de derechos humanos muy cercanos al kirchnerismo la recusaran, en setiembre del año pasado, como subrogante en el plenario del caso Day.
Previendo el voto contra su voluntad que se concretó ahora, estas organizaciones argumentaron en ese momento que la designación de Orbelli no respetó lo que dice la ley y que el remplazo de Day en el plenario debía hacerse por sorteo entre los camaristas civiles.
Sin embargo, el presidente de la Suprema Corte, Dalmiro Garay, rechazó este reclamo y confirmó a la actual titular de la Primera Cámara de Apelaciones en lo Civil.
Cabe recordar que no es la primera vez que Orbelli actúa como conjueza en fallos del alto tribunal. Fue quien, por ejemplo, firmó el fallo que hizo dar marcha atrás con la sentencia de Omar Palermo en el caso del homicidio de Micaela Tatti. Esa sentencia fue, además, la primera que acompañó con su firma la propia María Teresa Day luego de asumir como ministra.
Perspectiva de género
Como aquella vez, Orbelli volvió a ponerse ahora del lado de Day, aunque como jueza en una causa que involucra a su compañera de fallo. Lo curioso es que su argumento a favor de las condiciones de la ex coordinadora del MPF como magistrada, Orbelli se diferencia del de sus pares poniendo el foco en la visión de género.
Además de aprovechar en sus argumentos para pedir por más mujeres en cargos jerárquicos de la Justicia provincial, la magistrada -la única mujer que participó del plenario- condimentó el debate solicitando un compromiso de todos los integrantes del Poder Judicial.
Puntualmente, y según consta en el sustento de su voto al que accedió Los Andes, el pedido es para evitar “cualquier interpretación de la norma que se traduzca en un mayor control de acceso a la magistratura cuando se trate de una candidata mujer”.
Más allá de los argumentos jurídicos, Orbelli sostiene que a pesar de que desde los años ´60 y ´70 hay más mujeres estudiando abogacía en las universidades, “son muy pocas las que llegan a los peldaños altos de las escalas laborales, ya sea en la academia, como en los grandes estudios de derecho y en la justicia”.
Refiriéndose a la profesión en sí, Orbelli resalta que el Colegio de Abogados de Mendoza, fundado en 1917, recién en 2008 tuvo una mujer al frente. En este contexto, para la magistrada resulta obvio que “estas limitaciones lógicamente se proyectaron al acceso a la magistratura, realidad que no sólo fue restrictiva a nivel local sino mundial”.
Metiéndose de lleno en la brecha de género en la Justicia, cita el mapa de género de la Justicia Argentina elaborado por la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de la Nación para asegurar que hay mayoría de mujeres, pero no en cargos jerárquicos.
“Si bien la Justicia se integra mayoritariamente por mujeres, y representan el 56% del personal, sin embargo, los cargos superiores son ejercidos por varones. La mayor desigualdad se aprecia en las personas que integran los máximos niveles de poder en el sistema de Justicia (Corte Suprema de Justicia, superiores tribunales de Justicia provinciales, ministerios públicos fiscal y de la defensa)”.
Kemelmajer y Miriam Gallardo
Por supuesto que Aída Kemelmajer de Carlucci no podía quedar fuera del argumento de la jueza Orbelli en su defensa de las condiciones de María Teresa Day para integrar el máximo tribunal de la provincia. “En Mendoza, la Suprema Corte de Justicia ha sido integrada por una sola mujer en toda su historia”. No obstante, memora que “las únicas dos propuestas de candidatas mujeres sufrieron cuestionamientos en relación al cumplimiento de requisitos constitucionales para acceder al cargo del máximo tribunal de la Provincia de Mendoza”, dice en relación a Miriam Gallardo (bochada por el Senado en 2011) y a la propia Day.
“Estas situaciones evidenciarían un mayor estándar de revisión en relación a las propuestas de mujeres, que no puede razonablemente ser consentido”, advierte Orbelli no sin antes destacar que la interpretación que hace “tiene por finalidad no sólo asegurar el respeto de la legalidad, sino también el de la eficacia social, enmarcado por la visión de género”. “Ello implica que a pesar de las condiciones y requisitos que en su momento pudo fijar el patriarcado, en aras de la defensa de la equidad de género, hoy no deben ser recargados esos requisitos en pos de debilitar el acceso a la magistratura por parte de una mujer”.
Si se habla de lograr igualdad y equidad de género, “las estrategias más adecuadas son promover la igualdad de trato en todas las esferas sociales; se requiere además adoptar acciones positivas para hombres y para mujeres que permitan corregir las desigualdades; aplicar la perspectiva de género permitiendo integrar la igualdad en las estructuras, organizaciones, políticas y acciones; y dotar a las mujeres de un papel protagónico de sus propias vidas mediante el fortalecimiento en la participación de la toma de decisiones de todos los ámbitos de la vida social”, concluye.
Un fallo que podría llegar hasta la Corte Interamericana
Las organizaciones de derechos humanos filo kirchneristas, que habían cuestionado, con una acción de inconstitucionalidad, la postulación de María Teresa Day a la Suprema Corte, anunciaron ahora que podrían llegar con su reclamo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Sin embargo, primero recurrirán ante la Corte nacional el fallo que confirmó a Day como integrante del máximo tribunal de Mendoza. “Es una vergüenza que esto vaya a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Para el caso de que no se resuelva acorde a como dice la misma Constitución, se va a cuestionar ante el Tribunal Superior de la Nación Argentina y Mendoza estaría, otra vez, denunciada en los tribunales con jurisdicción internacional”, indicó Alejandro Acosta, uno de los patrocinantes de las once organizaciones que presentaron acciones ante la Sala II del máximo tribunal el año pasado y que tuvieron una activa participación en la audiencia pública que el juez Omar Palermo convocó para tratar el caso.
Según citó Acosta, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en un informe de 2013 respecto de las garantías para la independencia de la Justicia, dice que uno de los criterios esgrimidos es la formación y los años de experiencia requeridos para los cargos judiciales. Lo mismo hizo Sergio Salinas, de la ong Xumek, que recordó que los mismos criterios fueron sugeridos por la Relatoría Especial de Naciones Unidas para la independencia de magistrados y abogados. Citó un informe realizado por el fallecido jurista argentino Leandro Despouy para ese organismo, casualmente ligado durante su carrera al radicalismo.