Otra estafa macroeconómica: “shock de consumo”

El 14 de noviembre de 2021 no es una elección legislativa más, sino una decisión crucial entre dos modelos de países incompatibles entre sí.

Otra estafa macroeconómica: “shock de consumo”
Alberto Fernández junto a Cristina Fernandez de Kirchner. Foto: Clarín

Dice Cristina que van a revertir el desastre electoral con un shock de consumo es decir, más inflación y más pobreza.

Los países del primer mundo carecen de inflación y pobreza porque son capitalistas. Sostienen al capital, a las empresas y a todo emprendimiento productivo porque dan trabajo, no hay desocupación y aumentan la producción y el consumo permanentemente, de modo que al existir una oferta sostenida los precios se mantienen estables o a la baja y la moneda es reserva de valor sin alteraciones (dólar y euro). Carecen de déficit fiscal porque el Estado satisface las necesidades primarias de la población, gasta lo necesario y siempre menos de lo que ingresa. Se trata de macroeconomías abiertas a todo el mundo al que le venden y compran.

El comunismo es todo lo contrario. Su fracaso lo demuestra la caída del muro de Berlín, el abandono de la economía comunista en China, la pobreza de Cuba y Venezuela, el desastre de Nicaragua, Ecuador y demás países sometidos al comunismo en América Central y del Sur. La evidencia internacional demuestra en qué consiste el comunismo marxista.

Debemos saber qué es el populismo neo marxista de Cristina, para votar el 14/11/21. Se basa en las estafas políticas que expuse en mi trabajo del 17 de agosto en Los Andes. Lo que mostraré ahora es doctrina comprobada en los hechos, única forma de conocer la verdad sin los relatos políticos hábilmente distorsionados por Cristina. En las campañas los candidatos se agreden y se atacan, pero no expresan las verdades necesarias para que el pueblo sepa por qué tiene que votar o no hacerlo a determinados políticos. Pues intentaré presentar la verdad y así ayudar a los ciudadanos para que se expresen libre y racionalmente.

En la “década ganada” de los K, entre los escritores más admirados por el matrimonio se encontraban Ernesto Laclau y su mujer Chantal Mouffe, belga, coautora de su obra “Hegemonía y Estrategia Socialista”. Se los califica como posmodernistas y posmarxistas y desarrollan la estructura del populismo que es la etapa superadora de la democracia, en el que la mayoría popular tiene poderes ilimitados. Ningún poder del Estado es superior al de la mayoría “nacional y popular” como tampoco el orden jurídico ni la constitución. Desconoce y rechaza que las minorías son también parte de la Nación, sus copropietarias y tienen los mismos derechos y reconocimientos que las mayorías. El populismo es posmarxista y antidemocrático. Incorpora el post marxismo de Antonio Gramsci, italiano, nacido en Cerdeña el 22/01/1891 y fallecido en Roma el 27/04/1937, anticapitalista como el peronismo, kirchnerismo y populismo.

El 12/09/21 Cristina y Alberto sufrieron un desastre electoral de magnitud. El presidente reformó parcialmente su gabinete como Cristina le ordenó, resultando un equipo intrascendente, muchos enemistados entre sí desde antaño. Para remontar la elección Cristina le exigió a Alberto instrumentar un “shock de consumo”, colocar mucho dinero en la calle vía aumentos salariales, jubilatorios, asignaciones familiares, planes sociales, etc., a fin d reconstituir el poder adquisitivo del pueblo y así “comprar sus votos” perdidos el 12 y ganar otros. Esto con los fondos emitidos por el Estado, montando un gigantesco fraude electoral.

Como no hay ingreso de dólares ni monedas fuertes, ese dinero sale necesariamente de emisión monetaria. No se incentiva la producción de más bienes ni servicios porque las pocas empresas que quedan no pueden producir más y nadie quiere invertir en un país anticapitalista, fundido, que paraliza la iniciativa privada con impuestos, reglamentaciones inauditas, absurdas exigencias populistas de todo tipo. No hay entonces “shock de oferta” de bienes sino de dinero ficticio.

¿Qué se produce entonces? Mayor cantidad de demanda por aumento del circulante para comprar los mismos bienes existentes sin que éstos aumenten en cantidad ni calidad. Por tanto habiendo mayor cantidad de dinero para comprar los mismos bienes existentes, estos aumentan de precio porque aumenta la demanda sin oferta de bienes equivalente. Resultado: incremento de la ya insoportable inflación, con lo cual la “estrategia cristinista” para revertir el desastre comicial es otra estafa política.

Cristina y el populismo en el gobierno no pueden instalar una oferta de bienes porque para ello deberían recurrir a las empresas productoras, disminuir los impuestos (163 en Argentina, cuando en el primer mundo no hay más de 4 o 5 por país), fortalecer la producción en general disminuyendo la pobreza con reconstitución del salario real pero con pérdida de votantes “esclavos”, ajuste del Estado eliminando la burocracia parasitaria. En síntesis, medidas capitalistas rechazadas de plano por el populismo neo marxista.

El 14 de noviembre de 2021 no es una elección más de legisladores. Tampoco es una elección entre dos partidos políticos que disputan en democracia en el medio término de una Presidencia. Se trata de una decisión crucial entre dos modelos de países incompatibles entre sí. Optamos por una verdadera democracia capitalista eligiendo legisladores que frenen a esta locura que nos tiene cautivos o decidimos continuar y acrecentar este populismo pos marxista representado por Cristina y su séquito de aplaudidores.

¿Esta grieta es posible solucionarla con “mediadores” que intenten llegar a un acuerdo mediante el renunciamiento de ambas partes a una porción de su poder y así continuar juntos hasta el 2023? La respuesta es definitivamente negativa. No se puede pactar con el diablo. El 14 de noviembre debe darse una aplastante derrota del populismo y un triunfo rotundo de la oposición. Que, de ser gobierno en 2023, no puede concluir en el 2027 como el fracaso de Macri. Debe ser una oposición totalmente preparada para gobernar los próximos decenios, con alternancias pero cerrando las puertas definitivamente al marxismo ya superado en el mundo.

*El autor es Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales

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