Otro fuerte testimonio de coimas en el juzgado de Bento: pedían hasta U$S500 mil por la libertad

Se trata del que brindó Lucas Lecour, querellante en la causa Próvolo. En su declaración, complicó a Luciano Ortego y Francisco Álvarez, supuestos integrantes de la banda que pedía sobornos. También dijo haber escuchado que Diego Aliaga usaba la camioneta del juez suspendido y consideró cierto que el magistrado mantuvo preso a su defendido para “sacarle plata”.

Otro fuerte testimonio de coimas en el juzgado de Bento: pedían hasta U$S500 mil por la libertad
Megajuicio al juez federal Walter Bento, acusado de liderar una asociación ilícita que cobraba coimas a presos por beneficios judiciales Foto: Orlando Pelichotti

El abogado Lucas Lecour, conocido por su rol de querellante en la causa de abusos en el instituto religioso Próvolo, realizó este jueves un fuerte relato sobre las supuestas coimas en el juzgado de Walter Bento en el megajuicio que se realiza en tribunales federales.

Lecour aseguró ante el Tribunal Oral Número 2 que un defendido suyo y de Sergio Salinas, Sebastián Palumbo, quien se dedicaba al cambio de dinero y estuvo preso durante más de cinco meses en la causa de contrabando del chino Cheng, le contó “muchísimas veces que le habían pedido dinero para recibir beneficios judiciales” y mencionó que esos pedidos provenían de los abogados Luciano Ortego y Francisco “Chato” Álvarez, así como del despachante de aduanas asesinado Diego Aliaga. Todos ellos, según la acusación, eran miembros de la banda que lideraba el juez Bento.

Habló el abogado de pedidos de sumas millonarias a su defendido, del orden de los 500.000 dólares, que después se iban reduciendo ante la negativa de Palumbo. Este testimonio reforzó lo dicho ayer por su socio Salinas, quien también habló de coimas en la causa Palumbo, mencionó a Aliaga y Álvarez como los presuntos gestores y se refirió a soluciones mágicas” en el juzgado de Bento.

Los pedidos, según Lecour, habrían comenzado incluso antes de que Palumbo (hijo del ex presidente de la OSEP Daniel Palumbo) estuviera preso. Consultado al respecto por el fiscal Dante Vega, afirmó que “antes de su detención había una persona conocida de él, de apellido Luccini, que lo había ido a ver y le dijo que tenía que hablar con Luciano Ortego porque lo iban a detener”.

Más tarde, cuando Palumbo efectivamente cayó detenido, un amigo le dijo que Diego Aliaga se había puesto en contacto con él y le dijo que “tenía la solución y debía juntar dinero”. “Los montos arrancaban de 500.000 (dólares) y mientras más duro se iba poniendo mejoraban la oferta, llegaron a pedir 50 mil dólares”, precisó.

En este contacto con el amigo de Palumbo, “Aliaga había mostrado una tarjeta verde de una camioneta que pertenecía a Bento para mostrar su cercanía”, agregó Lecour. Esta es una pista que sigue la Fiscalía: hay registros en video de un hijo de Aliaga manejando una camioneta de Bento aunque el juez sostiene que el despachante la tenía en su poder para venderla.

Luego, según el testimonio de Lecour, dos amigos del detenido tuvieron una reunión en Palmares con el abogado Álvarez, también para conversar de cómo podía salir en libertad Palumbo, en la cual el letrado pidió 250.000 dólares. “Álvarez les dijo que le faltaba cerrar detalles con quien tenía la lapicera. Todos entendíamos que se refería a Bento”, indicó Lecour.

“El Chato dijo que si no tenía el dinero, lo tenía su papá”, agregó. También afirmó que no les convenía “ratonear con la libertad de una persona”.

Incluso Lecour indicó que en estas conversaciones había una suerte de competencia con Aliaga, quien les recalcó a los amigos de Palumbo que la llegada al juez la tenía él, no Álvarez.

Otro nombre que entró en la declaración de Lecour fue el del defensor oficial Jorge Miranda, quien está imputado en la causa Bento y tenía un vínculo con Palumbo. A los amigos del detenido les dijeron que fueran a ver a Miranda porque “el cóndor iba a resolver pagando una cantidad enorme de dinero”.

Según Lecour, el padre de Palumbo hizo “averiguaciones” con contactos políticos suyos que confirmaron esa posibilidad. Miranda, de todos modos, no ayudó a su hijo, enojado porque no había obtenido de él un préstamo para el casino, según explicó el abogado Salinas en la jornada de ayer.

La operación de dinero nunca se concretó porque Palumbo hijo, además, consideraba que era inocente. “Sebastián tenía la forma de conseguir el dinero pero se plantó y dijo que no iba a poner un dólar”, contó Lecour.

El testigo aseguró que su defendido fue extorsionado y que numerosos pedidos de excarcelación que hizo a su favor no fueron aceptados. Cuando salió de la cárcel, Palumbo les dijo a sus abogados que iba a hacer la denuncia. “Un día Sebastián se hartó y decidió denunciar”, agregó Lecour, para quien, además, “era evidente que le habían armado la causa para que pusiera plata”.

“Era claro que Sebastián les había cambiado dinero a las personas vinculadas al contrabando, pero de ninguna manera había algo que dijera que él había puesto plata para traer un camión y que luego esa plata se la devolvían cuando ese camión entraba y lo vendían. No había nada de eso, y eso que Sebastián aportó su teléfono. No había un solo contacto suyo con un camionero ni nada. A mi me cerraba lo que él decía que lo llevaron a la causa para que sacarle plata. Le decían: ‘mirá gordo que te van a meter en esta causa’. Y lo terminaron metiendo”, indicó Lecour.

Y remató: “Incluso lo metieron en el contrabando cuando las conversaciones de Sebastián eran posteriores al contrabando. Eso lo sabía el juez, pero si le sacaba el contrabando, lo tenía que dejar en libertad por la calificación legal. Y si lo dejaba en libertad no tenían sentido los ofrecimientos”.

Contra la esposa de Bento

Lecour también arremetió contra la esposa del magistrado, Marta Boiza.

En su declaración en el juicio, Boiza vinculó a Lecour con el fiscal Dante Vega y hasta sugirió que los letrados afines habían montado un “estudio jurídico” en su despacho oficial, cuando era secretario.

“Yo al fiscal Vega no lo conocí hasta que fui a trabajar con Diego Lavado. Lo digo porque una periodista me envió un video de la esposa de Bento, que no sabía que era ella porque no la conozco. Ella decía que yo iba al despacho del doctor Vega y que habíamos convertido ese despacho en un estudio jurídico. Yo me recibí en el 2006 y Vega ya no era secretario, hace ya un año que había renunciado. Les puedo asegurar que desde el 2002 al 2006 era un estudiante que no tenía idea donde estaba Tribunales Federales, así que esto que dice no sé de donde lo ha sacado”, se despachó Lecour.

“Lo hablé con Diego (Lavado) a esto y él me dijo: ‘Lucas, sabes que cuando están complicados, son de decir estupideces y esto lo es’”, agregó.

“Me molesté con Boiza -continuó- porque yo en la vida la vi. No la conozco, creo que nunca he hablado con ella y si me la cruzo en la calle no sé quién es. En cambio al juez Bento y a sus hijos sí los conozco”.

“No sé si me pareció injusto, pero sí fue mentiroso. Cuando entro en el 2006, Dante Vega estaba trabajando con Diego Lavado. Yo lo conozco a él y estuvimos juntos hasta el 2008. En ese año, Dante y Diego, junto a la abogada Alejandra Naman, deciden comprar una propiedad que es dónde tenemos hoy el estudio en calle 25 de Mayo de Godoy Cruz y ellos se van a ese estudio. Ahí es como que nos separamos. Yo no había sido socio de ellos, yo era un abogado que estaba aprendiendo con ellos”, remató Lecour.

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