Un plan B para los fondos de Portezuelo del Viento sobrevuela en el oficialismo cuando veían complicado un laudo presidencial por parte de Alberto Fernández. La Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi) se había expresado en contra de la obra porque no solucionaba el problema de la sequía. Ahora se suma la Cámara de Empresas Constructoras Independientes de Mendoza (Cecim).
El organismo que nuclea a las empresas constructoras independientes de la provincia hizo pública su posición mientras el Gobierno provincial evalúa la estrategia con respecto al laudo presidencial. Puntualmente, y ante el escenario de crisis hídrica, piden que ese dinero vaya a obras “que se consideran esenciales para el mejor aprovechamiento hídrico y sanitario de la provincia”.
Los apoyos y rechazos a Portezuelo del Viento empiezan a tomar relevancia en un escenario que hoy tiene como protagonista al Gobierno provincial. Ya decidió insistir con el laudo presidencial y tiene hoy la pelota en su cancha porque debe hacer el pedido aunque asegure que ya se hizo en el Acta 73 del Comité Interjuridiccional del Río Colorado (Coirco).
La Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi), quien emitió un comunicado ayer en el cual solicitaron a Suárez que ese dinero no quede para Portezuelo del Viento, y que en su reemplazo, sean destinados a “mejorar el recurso hídrico de Mendoza”.
“Destacamos y apoyamos la visión de nuestro Gobernador con respecto a la revisión del destino de los fondos excepcionales (por única vez en la historia) que están afectados a la obra Portezuelo del Viento, en miras de una utilización eficiente para la concreción de otras obras prioritarias para hacer frente a la realidad descripta. Como hemos expresado en otras oportunidades, la realización de la obra Portezuelo del Viento de la forma en la que está planteada no aporta nada al combate contra la megasequía que vivimos”, destacaron.
Ahora se suma la Cecim que pide tener en cuenta “los informes ambientales difundidos en los últimos meses que refieren a un cambio climático que se vive en la región cordillerana y donde se está atravesando la peor crisis hídrica de la historia”.
“El agua ha pasado a ser el factor más importante para el desarrollo de la economía, y considerando que esta obra no tiene un aprovechamiento hídrico para los Oasis Norte, Centro y Sur de la provincia, apoyamos la posición del gobernador de la provincia por el posible redireccionamiento de los fondos para llevar a cabo otras obras que consideran esenciales para el mejor aprovechamiento hídrico y sanitario de la provincia”.
Desde la CECIM están convencidos que “el uso de los fondos acumulados por el pago de la sentencia que el Gobierno Nacional está depositando por el resarcimiento a nuestra provincia nunca rendirán más que en el momento actual, para hacer frente a las obras que la provincia necesita y así paliar la crisis hídrica y sanitaria que atraviesa Mendoza”.
Malargüe cierra filas para desplazar un Plan B
Contrariamente a la Cecim, la Cámara de Comercio de Malargüe junto a otras organizaciones se reunieron anoche. Del cónclave participó el intendente Juan Manuel Ojeda y a modo de conclusión, el trabajo será en conjunto para hablar solamente de Portezuelo del Viento y no de otras alternativas.
A la espera del regreso del gobernador Rodolfo Suárez de sus vacaciones, en el sur trabajarán en un documento que reúna a todo el arco político, con peronistas y radicales. El objetivo final es llegar a la Nación con un pedido concreto respaldado también por el mandatario provincial.
Mientras, uno de los cortes sobre la ruta en la zona norte (Virgen de los vientos) se levantó. El otro corte está sobre la Ruta 40 y la 186, es la traza de la entrada a Llancanelo y en esa intersección se toma el camino a Mendoza.
Estas medidas extremas abren las aguas dentro de los apoyos a la obra que se ubicará justamente en Malargüe. Hay quienes consideran que con el diálogo solo no alcanza y hay que cortar rutas, mientras que otros entienden que no es el momento.
La espera para el laudo puede ser larga, y el hecho de empezar ahora a cortar rutas puede desgastar al grupo. Y porque además, esas interrupciones impiden el ingreso de regalías a Malaegüe. “Nos estamos pegando un tiro en el pie, nos autoboicoteamos nosotros mismos”, dicen en el sur.