La escalada de la tensión interna del PRO no se detiene al punto de salpicar el liderazgo de Mauricio Macri, dueño de una posición siempre incuestionable dentro del partido (no así ya dentro de la coalición Juntos por el Cambio). Patricia Bullrich, precisamente titular del PRO, hizo trascender que está dispuesta a dar debates políticos dentro de la fuerza, pero que le resulta desagradable que se la convoque a una reunión disciplinadora, a los fines de “acordar una tregua”.
El incidente entre Patricia Bullrich y el jefe de gabinete porteño Felipe Miguel (“te voy a romper la cara”, le dijo Bullrich) mostró la crudeza con que se disputarán las candidaturas en el PRO. Rodríguez Larreta y Bullrich quieren la candidatura presidencial. Los dos tienen candidatos diferentes para la sucesión en CABA.
Mauricio Macri, que había pedido “discutir con altura” a los socios del Juntos por el Cambio, llamó a una reunión del PRO para la próxima semana, también en un espíritu componedor. “Será un desayuno”, confirmó el diputado Diego Santilli (larretista).
“El PRO es una familia chica dentro de una familia grande que es Juntos por el Cambio. Y eso es lo que tenemos que cuidar. Tenemos que construir una alternativa con nuestras diferencias porque si los hermanos se pelean, nos devoran los de afuera”, dijo en tono cordial al canal A24. Santilli, en sintonía con Macri, dio a entender su acuerdo sobre la necesidad de desescalar la confrontación.
“Patricia no se banca que se lleve la discusión a un tema de ‘buenos y malos’, o los modos de declarar y así se eludan discutir temas de fondo”, dicen desde el entorno de la exministra de Seguridad. No cayó bien que Macri se pusiese por encima de la disputa Bullrich-Larreta, cuando no hace mucho “chicaneó a los radicales diciendo que Yrigoyen fue el primer populista”, acotan.
Patricia Bullrich fue demasiado explícita en su enojo con Rodríguez Larreta, a quien acusó de tener operadores que hablan en su contra. “Después me envía segundas líneas, soldaditos, para hablar”, reprochó. Bullrich no puede digerir que Felipe Miguel la tratara de “funcional al kirchnerismo” por haber criticado al gobierno porteño y su política frente al conflicto callejero.
Desde el entorno de Bullrich afirman que su objetivo es pelear la candidatura presidencial y no negocia este punto. También dicen que, pese a que no le gustó que la inviten a una reunión disciplinadora, respeta al expresidente. Con Macri coincide en muchas políticas a aplicar en un eventual gobierno (ambos condenaron, por ejemplo, el nuevo régimen jubilatorio para los estatales fueguinos acordado entre peronistas y JxC).
“¿Patricia no tiene la candidatura a jefa de gobierno porteño como plan B?”, preguntó este medio a un allegado a Bullrich. “No. Conoce como pocos CABA, tiene un gran electorado acá, pero solo quiere ser candidata a presidenta”, respondió.
Desde el entorno del jefe de gobierno porteño y también allegados de Bullrich confirmaron la reunión del consejo del PRO “para los próximos días”, pero sin precisar la fecha,
“No me engancho en peleas públicas”, ha declarado Horacio Rodríguez Larreta. Tampoco cree que deba reunirse con Bullrich para afinar el tono declarativo de la pugna. En cambio dice estar dispuesto a debatir sobre “inflación o inseguridad”. En eso tienen un punto en común.
El jefe de gobierno porteño, por ahora, públicamente no confronta con Bullrich. Pero en sus declaraciones periodísticas suele destacar que no cree “en los extremos” ni en “la agresión como modo político”, sin precisar del todo los destinatarios del mensaje.
La decisión de ir por la candidatura presidencial llevó inexorablemente a tensionar la relación Macri (una sociedad política exitosa por varios años), quien todavía no definió si irá por su segundo tiempo presidencial. Los macristas duros no le perdonan a Rodríguez Larreta que el PRO le abriera una puerta al radical Martín Lousteau para cogobernar CABA.
¿El verticalismo en el PRO entró en cuestionamiento? “La gente va a decidir las candidaturas”, responden en el larretismo cuando se les pregunta si Macri no debería ir por otra chance presidencial.