El Auditor General de la Nación Miguel Ángel Pichetto criticó con duros términos la misa que se realizó este sábado ‘por la paz’ y cargó tanto contra el kirchnerismo como contra la Iglesia por la organización de dicho oficio religioso, que estuvo cargado de tintes políticos.
Pichetto consideró que la celebración religiosa, realizada en la Basílica de Luján, fue “otra muestra de la Iglesia sectaria y clasista”. El referente de Juntos por el Cambio remarcó que vio la ceremonia por televisión y no dudó en describir al arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, como “un militante del Gobierno”
“Vi la misa por televisión. Me pareció otra muestra de esta Iglesia argentina sectaria y clasista. El arzobispo que dio la misma podría ser un militante del gobierno, lo secundaban curas pro montoneros y seguidores del Padre Mugica”, aseguró Pichetto durante una entrevista por radio Mitre.
El dirigente consideró que la convocatoria del oficialismo a un diálogo con la oposición para “abordar el tema de la intolerancia política” y tratar de “reencauzar la convivencia democrática” se convirtió en una muestra más de unidad del Frente de Todos detrás de la figura de Cristina Kirchner.
El obispo Scheinig aseguró durante la homilía en Luján: “Estamos en un tiempo extremadamente delicado. La paz social esta frágil y amenazada y somos responsables de asegurarla y cuidarla. Por este motivo, cuando el Sr. Intendente de Luján me invitó a presidir esta Misa, y me compartió su deseo de hacer una convocatoria amplia, ‘hacia todas las fuerzas políticas y sus representantes, a nuestras hermanas y hermanos de otras confesiones cristianas y religiosas, para reconocernos y encontrarnos en esta oración por la ansiada paz social y el diálogo entre líderes´ [-citó-], sentí que era una muy buena iniciativa y le dije que sí. Mucho lamentaría que se malinterprete este gesto”.
No obstante esto, Pichetto declaró que “no es una misa que convoque a la unidad de los argentinos” y advirtió que desde hace mucho tiempo los argentinos no escuchan a la Episcopal ni al Papa hacer reflexiones sobre la paz y la convivencia argentina. “Eso es lo que está faltando”, remarcó el referente de Juntos por el Cambio.
El Auditor General de la Nación mencionó que en el estallido económico y social de 2001 “sí hubo una Iglesia que llamó a la reconciliación de los argentinos en momentos de alta dificultad” y destacó las posiciones de los obispos Jorge Casaretto y Justo Laguna: “Hubo voluntad común y liderazgo”.