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Anabel en defensa de Cristina y contra la persecución judicial
La Cámpora viene emitiendo un ciclo llamado Diálogos Transatlánticos en su canal de You Tube, del que participan dirigentes camporistas y del partido español Podemos. Ya se emitieron dos episodios, el primero fue “Feminismos”, que salió “al aire” el 16 de marzo, el segundo fue “Lawfare”, que se emitió el 23 de marzo. En esta última entrega, hubo dos oradores de Podemos, la eurodiputada Idoia Villanueva, y el diputado Rafael Mayoral, y dos por La Cámpora, el viceministro de Justicia Juan Martín Mena, y la senadora nacional por Mendoza Anabel Fernández Sagasti.
Fueron algo más de 43 minutos en el que los expositores se lanzaron principalmente sobre los poderes judiciales latinoamericanos que supuestamente persiguen a líderes populares como en Ecuador, Brasil y Argentina. Hay que recordar que “Lawfare” es el principal argumento de defensa de la dirigencia kirchnerista y, muy especialmente de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien acusa a la justicia, a sectores económicos y al macrismo, quienes aliados con los medios de comunicación se encargan según esta teoría de perseguir y ensuciar su imagen.
Durante esos 43 minutos se repitió el latiguillo de la persecusión judicial, sin pruebas acerca de la inocencia. “Este sistema de Lawfare, lo único que hace es utilizar a la Justicia para desprestigiar a los líderes populares. Lo que crean es un sentido común nocivo a los propios intereses del pueblo. El fenómeno de Brasil y de Argentina, con Mauricio Macri, uno ve que las clases populares van en contra sus propios intereses”, lanzó Fernández Sagasti en defensa de su jefa política.
¿El regreso del Chiqui?
De a poco están resurgiendo antiguos dirigentes de la última época de oro del peronismo mendocino, los ’90, cuando el partido puso tres gobernadores consecutivos, iniciando con José Octavio Bordón en el ‘87.
El que debía ser el cuarto peronista en el sillón de San Martín era Francisco “Chiqui” García, el ex intendente maipucino que en el ’99 salió tercero en la elección por la Gobernación detrás del radical Roberto Iglesias y el demócrata Carlos Balter. Desde ese entonces García -que completó su mandato como diputado nacional- no volvió a las primeras líneas de la política, aunque siempre siguió ligado al peronismo de Maipú. Incluso intentó volver a la intendencia en 2007 en la lista de la Concertación que perdió contra la del PJ de Adolfo Bermejo, quien logró así su segunda reelección.
Después de esos comicios hubo un distanciamiento con el mayor de los Bermejo pero las heridas, en la política como en la vida, cicatrizan. Así fue que el “Chiqui” se reconcilió con su ex delfín y volvió a acercarse a los azules del “peronismo” que tienen en Maipú su último bastión. Tanto se acercó que hace un mes el actual intendente, Matías Stevanato, nombró delegado municipal en Luzuriaga a su hijo.
La contradicción de una sede lujosa
Siguiendo con el Partido Justicialista, la inauguración de la nueva sede partidaria en calle España casi Gutiérrez de Ciudad fue festejada por los presentes, pero no por todo el peronismo. En algunos y algunas no cayó para nada bien el corte de cinta del flamante “hogar” partidario. Las flamantes instalaciones, alquiladas, recibieron un tratamiento en materiales que la dejaron impacable: pintura, cuadros, mobiliario y hasta una máquina de café ploteada con la cara de Juan Domingo Perón.
Sin embargo, otra mirada de la situación fue más crítica. “Estamos en pandemia, con la gente pasando hambre y nosotros gastamos plata en esta sede lujosa, cuando tenemos una propia”, se indignó un militante. Otros cuestionaron el doble discurso, en donde se habla de los que más sufren y las necesidades que tienen las familias que no llegan a fin de mes y por el otro, se destina dinero a un edificio. “¿Con qué cara vas a los barrios a militar después de ponerle un montón de guita a una sede? Hablan del criterio en destinar recursos a los que menos tienen y hacen esto”, se preguntó una joven militante barrial.
El radical que se saca fotos con kirchneristas
El intendente de la Ciudad de Mendoza, Ulpiano Suárez, es uno de los jefes comunales que tiene una convivencia bastante armónica con el peronismo. El viernes recibió al ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi y a la presidenta del PJ, Anabel Fernández Sagasti para recorrer barrios y entregar casas. Los tres llegaron en la misma combi, se bajaron y prácticamente estuvieron todo el acto juntos.
Al igual que el gobernador Rodolfo Suárez, su sobrino evita las confrontaciones. Aunque hay que decir que entre el Gobernador y la senadora nacional el tema es bastante más frío. Hace tiempo, Ulpiano compartió un Zoom junto a otros jefes comunales y el presidente Alberto Fernández. Allí, le hicieron saber al Jefe de Estado que el dirigente radical había salido a bancar la renegociación de la deuda que había hecho Martín Guzmán y que provenía de una familia alfonsinista. Ese gesto le despertó una sonrisa al Presidente que apreciaba mucho a Raúl Alfonsín.
El intendente de Capital mantiene comunicación con Fernández Sagasti y fue el único jefe comunal radical que participó de la agenda de Ferraresi en Mendoza: recorrida por los barrios Flores y Olivares, y La Favorita, además de la entrega de casas del Procrear. Los más cercanos, aseguran que el estilo de Ulpiano es tirar para el mismo lado. Si hay obras para la Ciudad, las recibe; si hay plataformas para presentar proyectos, los presenta; y si vienen funcionarios nacionales que están en sus antípodas ideológicas, también los recibe, recorre y se saca fotos.
Los supremos no actualizan la agenda
La grieta en la Suprema Corte de Mendoza da para todo. Hasta para tirarse con las tapas de los diarios, que en nuestra provincia significa la tapa de Los Andes, el único que ha resistido la avanzada digital en el periodismo.
En la era de las redes sociales, para la dirigencia política mendocina que algo se anuncie en la tapa de este diario tiene más peso que cualquier tuit o posteo con miles de likes y reproducciones. Un ejemplo reciente: el último miércoles Los Andes tituló su tapa con la noticia de que, por iniciativa de los jueces Omar Palermo, Mario Adaro y Julio Gómez, la Corte quiere empezar a revisar la actuación de la Justicia provincial en los violentos años ’70.
Más que una autocrítica (ninguno de los impulsores era magistrado ni nada que se le parezca en esos años), la idea de los tres integrantes del ala peronista es buscar a los cómplices judiciales de la represión, que sin dudas los hubo.
Que esta noticia haya llegado a la tapa de Los Andes, dándole protagonismo a Palermo, Adaro y Gómez, parece que no gustó entre los ministros del ala radical. Así fue que a alguien se le ocurrió levantar el teléfono (en realidad buscar entre los contactos del celular) y poner las quejas directamente a la gerencia del diario. Pero sin tener en cuenta que a quien llamó ya no pertenece a esta empresa. ¡Hay que actualizar la agenda de contactos antes de “operar” periodísticamente!