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Lazos políticos de la “grieta” vitivinícola
Fue el viernes a la noche, en la previa del sábado vendimial. El lugar: el restorán de la bodega Escorihuela, en Godoy Cruz, que Francis Mallman debió cerrar por la pandemia y que fue reabierto ahora especialmente para esta cena.
Los comensales: unos 15, entre bodegueros y dirigentes políticos. Todos pesos pesados. De un lado, miembros de la conducción de Bodegas de Argentina, como Patricia Ortiz, Ángel Vespa, Milton Curet y Francisco Do Pico. Del otro, la plana mayor de Cambia Mendoza: Mario Abed, Alfredo Cornejo, Omar de Marchi y Julio Cobos (solo faltó Rodolfo Suárez). A ellos se sumaron ejecutivos de BdA, el ministro de Economía, Enrique Vaquié, y los legisladores nacionales Luis Petri, Claudia Najul y Pamela Verasay.
El menú, preparado por el chef Lucas Bustos, consistió en una recepción con distintas exquisiteces, como helado de melisa a base palta, cordero marinado en yogurt y especias, tomaticán y pan de grasa, y queso de cabra frito. Después, con todos sentados divididos en dos mesas, se sirvió carne a la masa con emulsión de ciruelas. De postre: torta de nueces y coco, con dulce de luche.
Aunque no hubo una consigna especial para juntar a todos estos comensales, quedó claro que fue una respuesta de ambas partes a la incipiente unidad que muestran la Coviar y el peronismo. Es decir, una profundización de la grieta que divide a la industria vitivinícola. De eso se habló y mucho, como también de la visita que haría al día siguiente Alberto Fernández a Mendoza, yendo al desayuno en el INTA en apoyo a la Coviar en la interna bodeguera.
Las ofertas de trabajo que analiza Bermejo
La renuncia de Alejandro Bermejo como diputado nacional dejó mucha tela para cortar en el mundo de la política mendocina, donde la decisión del maipucino sorprendió a todos sin excepción. Incluso a su hermano Adolfo, quien tras el shock debió salir luego de vocero familiar para explicar lo que para muchos todavía es inexplicable.
En el peronismo, tras el shock inicial, rápidamente salieron a desmentir que el menor de los Bermejo haya renunciado por un problema de salud, como no pocos especularon. Y reafirmaron que se trata de “una decisión personal” a partir de “un proceso que ha estado elaborando el último tiempo”.
Un peronista de Maipú que conoce muy bien a Alejandro defendió la “nobleza” que mostró al renunciar, porque “podría haber hecho la plancha en el Congreso y no lo hizo. Él tiene un perfil más ejecutivo que legislativo, y se va siendo el legislador mendocino con más proyectos presentados”. Otro dirigente valoró que el ex intendente “puso la política en alto, dio un paso al costado sacrificando poder para ser coherente”.
Antes de que Alejandro Bermejo saliera a anunciar su renuncia el miércoles pasado a través de dos mensajes en Twitter, en el PJ estuvieron hasta último momento tratando de persuadirlo sin resultados. “El lenguaje gestual lo dice todo”, analizó alguien recordando su última aparición pública, durante la visita del ministro Katopodis, vestido con chomba, jeans, zapatillas de lona y una mochila, y rodeado de funcionarios de saco y zapatos.
Ya sin cargo político alguno, la pregunta es a qué se dedicará Bermejo, quien lleva gran parte de su vida ligado al Estado. “El futuro de Alejandro es claro, está teniendo muchas ofertas de consultoría para organizaciones sociales y políticas públicas y privadas. Con esta experiencia, diez años de intendente, puede abrirse camino por el lado de la consultoría”, contó optimista un bermejista.
Más de la “grieta vitivinícola”:
El “almuerzayuno” de la Coviar dejó en el tapete el regodeo de algunos empresarios vitivinícolas fuertemente enfrentados con el otro gran sector, Bodegas de Argentina. El retraso de 3 horas del comienzo del acto por esperar la visita del presidente, Alberto Fernández, fue expresado por un malestar de los dirigentes radicales, como bien lo hizo público el presidente de la UCR local, Tadeo García Zalazar; mientras que en el peronismo mantuvieron la calma mientras charlaban de política en la antesala del inicio de la presentación institucional de los discursos.
No obstante, el calor de las llamas con las que se asaban vacíos de ternera en el predio del INTA se correspondía con la temperatura interna de la grieta vitivinícola, en la cual la Coviar eclipsó –o al menos intentó hacerlo- al almuerzo de Bodegas de Argentina con el mismo menú que ofreció a los presentes una vez terminó el discurso de Alberto Fernández, pasadas las 14, con el objetivo de “retenerlos” y vaciar el evento en Bodega Trivento.
Si bien hubo vitivinícolas moderados respecto a la superposición de eventos, otros no evitaron dejar translucir algunas sonrisas por el golpe a sus contrincantes del sector. “Son las reglas de juego”, sentenció uno de los dirigentes.
Abstemio y vegetariano de visita en Vendimia
El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Luis Basterra, tiene algunas particularidades que lo diferencian del común de los funcionarios que han pasado por esa área en los últimos años. Una de ellas es el peinado con “cola de caballo” que luce, un look que le da un aire hippie muy poco habitual en el gabinete de Alberto Fernández, lleno de sacos y corbatas.
Otro aspecto curioso en Basterra, que muy pocos conocen y que sorprendió a muchos en Mendoza durante su visita junto al Presidente, es que es vegetariano. Y además, no toma vino. Casi una contradicción para alguien que desde su ministerio debe gestionar temas como ganadería y vitivinicultura, entre otras áreas de la producción del campo argentino.
El formoseño Basterra recorrió el viernes el INV junto al titular del organismo, Martín Hinojosa, que no pudo convencerlo de probar un sorbo de un buen malbec mendocino. Y eso que no le faltaron oportunidades al ministro de Agricultura, que después participó de la Vendimia Ganadera, en Santa Rosa, en la estancia Los Alfredos del empresario Alfredo Vila. Allí hubo costillares y otras carnes asadas, pero Basterra prefirió comer solo verduras.
La última actividad que tuvo fue una visita a Bodegas y Viñedos Crotta, en Palmira, donde celebró los vinos que la empresa produce pero siempre “de lejos”, sin probar una copa, lo que sorprendió a quienes lo acompañaron, incluso a Anabel Fernández Sagasti, la senadora que no se despegó de él en ningún momento.
En uno de los grupos en los que charlaban dirigentes peronistas sobre lo “curioso” que resulta que una persona vegetariana conduzca un ministerio de Ganadería, uno sugirió en modo de chiste que Fernández le preguntó a Basterra en qué ministerio quería trabajar. “Y, no sé, dame Cultura”, le respondió el formoseño, “pero el Presidente entendió mal y le dio Agricultura”. El chiste es muy malo, pero fue festejado por los presentes.
Diálogo a pesar de las diferencias
En Mendoza, el evento de la Fiesta de la Vendimia es uno de los pocos en el año que logra reunir, en un clima que suele ser ameno y descontracturado, a dirigentes oficialistas y opositores. Algo así ocurrió en el predio del INTA, cuando los principales dirigentes del radicalismo y el peronismo aguardaban la visita del presidente, Alberto Fernández, que se daría un par de horas después de lo previsto.
Si bien hubo referentes de ambos partidos políticos que evitaron el encuentro con sus “rivales”, también se vio a otros que bajaron la tensión, y hasta tuvieron charlas amistosas con quienes se viven criticando y discutiendo el rumbo de la provincia o el país.
Uno de ellos fue Lucas Ilardo. El jefe de bloque del frente de Todos en el Senado, si bien pasó gran parte de su tiempo charlando con sus “compañeros”, también se lo vio con el ministro de Gobierno, Víctor Ibáñez (con quien ha discutido sobre la reforma constitucional y también que ha denunciado irregularidades en el listado de vacunados por coronavirus); el secretario de Servicios Públicos, Natalio Mema (en el que los enfrentó la aplicación del Mendotran); y hasta el diputado radical Luis Petri, quien es uno de los máximos críticos que tiene Mendoza –junto a Alfredo Cornejo- de la gestión kirchnerista del país.
“Hay diferencias, pero eso no impide que tengamos el diálogo y es una obligación de todos recomponer el diálogo”, dijo a la prensa. ¿Se cumplirá?
La agenda múltiple de los radicales
La impuntualidad de Alberto Fernández no sólo afectó la agenda vitivinícola. También había otros eventos no relacionados con Vendimia, como el encuentro del Comité Federal de la Juventud Radical, que se hizo en nuestra provincia. Jóvenes de la UCR de todo el país llegaron al Hostal de Los Andes y allí tuvieron encuentros con dirigentes locales.
Con los pibes se los vio a los intendentes Marcelino Iglesias (Guaymallén), Tadeo García Zalazar (Godoy Cruz), Ulpiano Suárez (Capital) y Daniel Orozco (Las Heras). También estuvo el diputado nacional y presidente del Comité Nacional de la UCR Alfredo Cornejo.
Debido a la tardía llegada del Presidente, todos los dirigentes radicales locales tuvieron que hacer malabares para cumplir con la agenda vendimial y con la Juventud Radical nacional.