Después de 127 días de cuarentena, Mendoza parece haber entrado en el pico de contagios de Covid-19. Pasaron ya cuatro meses de aislamiento (primero) y distanciamiento (luego) en el que el sistema sanitario se preparó para atender la demanda de infectados. Y los “platos rotos” los pagó la economía provincial, pese a las flexibilizaciones que se fueron adoptando.
Por eso ahora, cuando los casos se multiplican porque el virus ya circula entre nosotros, volver atrás en las restricciones no es la opción inmediata que maneja el Gobierno y tampoco los intendentes, que han visto cómo su recaudación fiscal se derrumbó a niveles históricos producto de la inactividad de la mayoría de los sectores productivos.
“Estamos aprendiendo a convivir con el virus porque no hay otra alternativa más realista”, se sinceró el gobernador Rodolfo Suárez en la “Carta a los mendocinos y mendocinas” que difundió el miércoles, un día después de que Mendoza registrara el récord de infectados en un día: 74.
Allí, el mandatario provincial también dijo que no creía “en la falsa antinomia salud o economía”, antes de pedirle a la ciudadanía que haga “aislamiento voluntario” para frenar la propagación del virus sin tener que retroceder de fase.
Por supuesto, esta posición del Gobernador no es aislada y surgió después de sus charlas con los intendentes, quienes en mayor o menor medida apoyan que Mendoza siga “abierta” para no paralizar aún más la golpeada economía provincial. Y hasta cuenta con el respaldo del principal partido de la oposición, el peronismo, que le viene cuestionando distintos aspectos de la gestión oficial de la pandemia pero que hasta ahora, pese al pico de casos, no salió a pedirle retroceder de fase y volver a “cerrar” la provincia.
Qué opinan los intendentes
En el Gobierno no quieren ni oír hablar de restringir más las actividades, pese a que en julio se detectaron cinco veces más casos de Covid que en los tres meses anteriores. Si bien la prioridad cuando empezó la pandemia fue preparar el sistema sanitario y sacrificar la economía, hoy eso se reparte entre “la salud, el empleo y el ingreso de los más vulnerables, en un marco económico de extrema fragilidad que todos reconocemos”, según expresó Suárez en su carta.
Y en lo mismo coinciden los intendentes, según las consultas que hizo Los Andes. Sobre todo los del Gran Mendoza, la zona de la provincia donde hay circulación comunitaria.
“Nos parece adecuada y acertada la estrategia del Gobernador -dijo Tadeo García Zalazar, de Godoy Cruz-, primero de apelar a lo que se denomina el aislamiento voluntario. Luego, ir evaluando semana a semana la situación del sistema sanitario y en función de la cantidad de camas que están ocupadas por pacientes con Covid, ir tomando la decisión de si es necesario retroceder o no en la fase de la cuarentena”.
Para otro radical, Marcelino Iglesias (Guaymallén), “el aumento de casos por ahora moderado en Mendoza era esperable y de alguna manera previsible. Lo que hay que hacer es profundizar las medidas de cuidado de cada uno. Estoy de acuerdo con la estrategia del Gobernador”. Pero, enfático, aclaró: “No he solicitado ni analizo ninguna medida de marcha atrás. Está demostrado que la cuarentena no sirve”.
En Las Heras -que sorpresivamente fue el único departamento del Gran Mendoza que quedó afuera de la circulación comunitaria declarada por la Nación, aunque tiene 72 casos confirmados-, el intendente oficialista Daniel Orozco aseguró que “estamos en el pico (de la curva de casos)”, pero consideró -entrevistado por canal 7- que la situación de Mendoza no es la misma que la del “AMBA, lo que sucede en Córdoba o lo que sucedió en Jujuy”.
El lujanino Sebastián Bragagnolo es otro que no ve una salida retrocediendo de fase. Para el jefe comunal del Pro, “la discusión no es habilitar una actividad y cerrar otra, hoy la discusión es ser responsable o no”. En ese sentido, aseguró que “las actividades se pueden mantener” porque “detrás de las cuales, nunca olvidemos, están los empleos de miles de familias, está la posibilidad de que una pequeña pyme quiebre, de que un primo o un vecino nuestro pierda el trabajo”.
Sin embargo, reconoció que “si nos encontramos con que incumplimos las normas, eso nos va llevando a ir restringiendo actividades que de ser necesario, las vamos a tomar en conjunto con los otros intendentes del Gran Mendoza”.
Algo similar declaró ayer el radical Ulpiano Suárez, de Capital, entrevistado por radio Mitre: “Lo hemos conversado con otros intendentes del Gran Mendoza, también con el Gobernador. Podríamos pensar en restringir algunas actividades de las recreativas, las reuniones familiares o algo así”. Pero aclaró que primero “es importante apelar al aislamiento, el cumplimiento voluntario de ese aislamiento”.
Desde el peronismo tampoco hablan de retroceder, aunque marcan diferencias con la gestión provincial. Es el caso de Matías Stevanato (Maipú): “Nos preocupa el personal de la salud, creemos que hay que mejorar su atención y cuidado, no solo por razones humanitarias sino por el alto impacto sobre el sistema sanitario. Lo mismo sucede con otro servicio esencial como es la seguridad pública, que se puede ver afectado por el personal contagiado, como ya ha pasado en nuestro caso en las delegaciones policiales de Beltrán y Rodeo del Medio”.
Por eso, el intendente apela “a la responsabilidad de los mendocinos, todos podemos aportar y la solidaridad es clave. La situación es dinámica y su evaluación permanente. Hoy seguimos así, pero tenemos que ver cómo evoluciona la transmisión comunitaria”.
En tanto, su colega de Lavalle, Roberto Righi (el más cercano al Gran Mendoza), destaca que “son distintas realidades. Nosotros no dudamos, cuando tuvimos algunos contagios decidimos volver atrás, pero ningún departamento es igual a otro”. También reconoce que en el Área Metropolitana “es difícil el equilibrio entre lo económico y la salud, hay mas lugares de encuentro, más comercios de comida, pero también entiendo que el Estado tiene que decidir entre una cosa y la otra en esta situación”.
Y cierra con un reclamo de “claridad” al Gobierno: “Cuando se preguntó por la circulación comunitaria decían que sí pero no, entonces se necesita esa claridad para que los Estados podamos avanzar en algún sentido, más allá de las realidades de los distintos departamentos”.