La única vía de acceso a la costa norte del dique Potrerillos es un puente del viejo ferrocarril Trasandino con claras limitaciones para la circulación vehicular. Por el momento, ni Vialidad Nacional ni su réplica a nivel provincial tienen un plan concreto para solucionar este problema, uno de los más evidentes para el desarrollo turístico de la zona.
En efecto, la ministra de Energía y Ambiente, Jimena Latorre, firmó esta semana los contratos para el desarrollo de cinco proyectos turísticos en el lado menos visitado del espejo de agua. Muy optimista, sostuvo que algunos de los nuevos servicios se estrenarán en el próximo verano.
No ignoró la funcionaria el tema del acceso. Sostuvo Latorre en medio de los anuncios: “el puente que conecta con la costa norte necesita mantenimiento y en eso están trabajando Vialidad nacional y provincial”. Sin embargo, los organismos viales no han definido aún qué harán para mejorar esa vía para cuando se incremente el flujo de visitantes.
Por lo menos un intendente advirtió que la falencia es importante. Esteban Allasino, de Luján, señaló que la costa norte “tiene un acceso híper precario por un puente que se concibió para otro fin y si bien pueden pasar vehículos sin mayores riesgos, difícilmente podamos imaginar que sea el punto de conectividad ideal”.
Una reliquia necesaria
El llamado “puente de Anderson” es una vieja reliquia del tren Trasandino, el ferrocarril a Chile que funcionó entre 1910 y 1984, y cuya infraestructura desde hace muchos años está en ruinas.
Por suerte, este puente no. Todo lo contrario: se encuentra en uso y es imprescindible para evitar que quede gente aislada. En dirección hacia Chile, aparece al costado derecho de la ruta 7, luego de pasar el dique Potrerillos y el complejo de Argentina Raffting. Tiene una extensión de alrededor de 60 metros y es el único camino para llegar a la costa norte del dique.
Para que pudieran usarlo los vehículos, hace años Vialidad provincial le agregó durmientes y un enchapado. Tras cruzarlo, hay que retroceder varios kilómetros por senderos de tierra para llegar a la zona del perilago.
El Gobierno dice que al puente lo mantienen Vialidad Nacional y Vialidad provincial en conjunto. Pero la realidad es que en 2003 fue cedido “en custodia” a la Provincia por el organismo de la Nación, según la DPV.
Hoy se puede transitar con normalidad, pero el problema es que en el corto plazo la costa norte necesitará una vía de acceso más acorde para el público masivo que aspira a recibir. Ahí aparecen los interrogantes.
Ante la consulta de Los Andes, Emilce Lozano, titular en Mendoza de Vialidad Nacional, convalidó lo dicho por la ministra Latorre respecto del trabajo conjunto de Vialidad Nacional y la DPV provincial. Pero aclaró: “Sólo hemos estado analizando opciones, nada más por ahora”.
Por su parte, Vialidad provincial, dirección a cargo de Osvaldo Romagnoli, ratificó lo dicho por Lozano pero tampoco dio precisiones sobre los arreglos u obras.
Voceros de ese organismo aclararon que, a pesar de su antigüedad, el puente “resiste bien porque antes lo cruzaba el tren y no le hace falta ninguna obra estructural”. No obstante, reconocieron que si se piensa en un “uso intensivo” a futuro, el viejo puente requerirá un “refuerzo de la calzada”.
Hay que agregar que el generoso puente del Trasandino es angosto y sólo permite el paso de un auto por vez, lo que hace pensar que habrá largas colas cuando los visitantes de costa norte se incrementen.
De hecho, hasta hace algún tiempo, el uso del puente estaba reservado exclusivamente para quienes ya viven en la costa norte y había una cadena que restringía el acceso. Dicha cadena, ya no está.
¿Un puente nuevo?
Para aportar mejores soluciones habría que invertir más dinero y ninguno de los dos organismos viales lo contemplan como una posibilidad cierta, al menos en la actualidad.
Algunas crónicas periodísticas recuerdan que el exintendente de Las Heras Daniel Orozco había pensado en una solución alternativa, a través de la ruta 13, que llega hasta el barrio Municipal de ese departamento. Costaba, decía en aquellas notas, la friolera de 1.000 millones de dólares.
Los Andes también consultó sobre la posibilidad de que se encare la construcción de un puente nuevo, algo que en principio suena menos utópico que el ejemplo anterior. Lozano no lo descartó y señaló al respecto que “hay que analizar” si sirve el puente actual o hay que hacer otro. Sin embargo, agregó que no se puede adelantar cuándo habrá una definición. Desde Vialidad provincial, en tanto, indicaron que todavía nadie ha mencionado que se vaya a encarar una alta inversión.
¿Cuánto cuesta hacer un puente? Las referencias resultan vagas por la inflación. En 2021, los dos puentes de la Ruta 40 fueron presupuestados en 672 millones de pesos. Habría que sumarle a esa cifra toda la inflación desde entonces para encontrar una cifra al menos aproximada.
Pero desilusiona más el dato de que la reconstrucción de esos puentes, a cargo de Vialidad Nacional, entre 2021 y 2023 avanzó solamente el 25%. Precisamente antes de que llegara el presidente Javier Milei con su “no hay plata” y la decisión de reducir a cero la obra pública financiada por la Nación, máxima que ha comenzado a relajar un poco con convenios que implican que la Provincia también invierta.
El túnel de los 18 años
Lejos de esta precariedad básica, el Gobierno buscó ilusionar durante la semana con la firma de los cinco contratos para que haya desarrollos gastronómicos, hoteleros y deportivos en la zona de costa norte.
De esos proyectos, varios pertenecen a empresarios que ya están instalados en la costa norte. La empresa Domos Potrerillos tiene un complejo de seis domos llamado “El Nido” y Mapsa Group SA explota un parque de agua, que propone ampliar. Además, Mapsa tiene la explotación precaria del parque de nieve de Penitentes.
Los servicios representan otra incógnita a futuro, ya que ninguno de estos desarrollos podrá usar agua del dique y en la zona hay solamente una vertiente.
A pesar de todo, en el Gobierno provincial son optimistas. Según el Ejecutivo, tres ministerios y dos comunas (Las Heras y Luján) están interactuando para atender la vieja deuda del desarrollo turístico del perilago de Potrerillos, que tiene otros dos proyectos inmobiliarios y de servicios aprobados para la costa sur, la más utilizada por la gente.
Respecto de los municipios, el intendente Allasino afirmó que es “cien por ciento optimista” y prometió apoyar los proyectos, aunque aclaró a la vez: “Contamos en el haber con muchos intentos y amagos que han sido infructíferos, por lo que soy cauto; la demora fue de 18 años para construir un túnel”.
Al problema del puente de costa norte, el intendente demarchista le agregó que también “hay que resolver el manejo del agua y las cloacas, porque si no vamos a terminar contaminando el dique con el agua que después tomamos todos los mendocinos”.
En este sentido, el Gobierno indicó que todos los proyectos deberán cumplir con requerimientos de gestión sostenible. Deberán tener, por ejemplo, sistemas avanzados de recolección y reutilización de agua de lluvia.
Del lado lujanino, la costa sur, hay proyectos de inversión que ya fueron adjudicados por la Provincia y que incluso tuvieron su audiencia de impacto ambiental. Se habla allí de construir parques de agua, un hotel y un centro empresarial. Hasta una bodega está en los planes del proyecto inmobiliario y turístico para el perilago.”Hasta que no estén sucediendo las inversiones y veamos el hormigón de los camiones descargando para hacer las obras, prefiero especular de manera positiva, para no generarle la ilusión a los vecinos”, expresó al respecto Allasino.
El municipio de Las Heras también fue invitado por este diario a dar una opinión sobre los proyectos de costa norte, ya que ese territorio pertenece al departamento, pero ningún funcionario de la comuna controlada por el radical Francisco Lo Presti quiso expresarse por el momento. “Se está evaluando el proyecto”, afirmó una vocera.