Setiembre es el mes en donde la rosca política se despereza, porque el 30 vence el plazo constitucional para presentar el proyecto de Ley del Presupuesto. Este año no será la excepción y el jueves llegará a la Legislatura el ministro de Hacienda y Finanzas, Lisandro Nieri para desglosar la pauta de gastos.
En el oficialismo reina el hermetismo en cuanto a algunos componentes relevantes que suele tener la hoja de ruta financiera de la Provincia para el año próximo. Sin embargo, algunos detalles ven la luz.
Una de las preguntas que surgen cada vez que se habla de cómo vendrá el Presupuesto, gira en torno al pedido de endeudamiento en dólares. Desde el último proyecto de Alfredo Cornejo y los dos de Rodolfo Suárez, los dos tercios de los votos necesarios (en donde debe aportar el PJ en ambas cámaras) este tema ha sido un dolor de cabeza.
El año pasado, el Poder Ejecutivo pedía U$S 350 millones y luego de acordar con la oposición, se autorizaron U$S 160 millones. De esta porción, no se ha hecho uso de fondos, y eso explica el poco movimiento que hay en el ministerio de Infraestructura en relación a nuevas obras que podrían hacerse a través de organismo multilaterales.
Es decir que, al menos en lo que respecta al aval legislativo para endeudarse, el Gobernador tendría un problema menos porque es casi un hecho que no habrá plan de obras que necesite nuevo financiamiento externo.
El misterio por el roll over
El otro elemento conflictivo con la oposición es la autorización para renegociar los vencimientos de la deuda pública, también conocida como roll over. También se necesitan dos tercios de los votos del recinto y también ha sido motivo de chispazos en los últimos tiempos.
Allí el oficialismo viene jugando con dos cartas: la autorización sólo por un año y la otra, por tiempo indeterminado. Esta estrategia se volvería a poner sobre la mesa.
Es muy posible que el Gobierno insista con una reestructuración anual y apueste a modificar el artículo 68 de la Ley de Administración Financiera. De esta manera, el Poder Ejecutivo puede renegociar la deuda pública sin contar con una autorización legislativa anual. Siempre y cuando las condiciones sean convenientes para la Provincia.
Del resultado de la negociación con el peronismo, saldrá de qué manera las arcas provinciales afrontarán el calendario de vencimientos del 2022.