En medio de una pandemia que nadie imaginó, Rodolfo Suárez cumplirá su primer año de gestión. Más allá de las consecuencias sanitarias y económicas, en las cuales ha intentado sortear y contener la situación, tampoco le ha sido fácil al Gobernador establecer vínculos con la oposición, y precisamente el frente de Todos, con el cual, ha tenido unos pocos momentos de acuerdos y muchas situaciones de enfrentamiento y con fuertes declaraciones que alteraron la convivencia política.
El escenario ha sido similar en el plano nacional en la gestión de Alberto Fernández, con un buen comienzo en la relación, pero que luego se vio afectado, al margen de las diferencias de color político, por las trabas a Portezuelo del Viento, la antinomia “restricción-flexibilización” en el manejo del combate del coronavirus, y el reparto discrecional de recursos para hacer frente al bajón económico, distribución en la que Mendoza resultó discriminada por la Nación.
El ex intendente capitalino llegó a conducir los destinos de la provincia con un fuerte espaldarazo de Alfredo Cornejo, y con la intención de recuperar el camino del diálogo que en los últimos meses de la gestión del hoy diputado nacional se había perdido con la oposición.
De hecho, Suárez asumió con el slogan de un “Gobierno de Diálogo”. En su primer discurso en Casa de Gobierno, ofrecería una gestión con “las puertas abiertas y con liderazgos compartidos”.
Quienes lo rodean, también aseguran que hubo “cambio” en la manera de relacionarse con la oposición, sobre todo por lo tenso que había quedado el vínculo entre la oposición y Alfredo Cornejo. “Suárez es la antítesis de Cornejo”, incluso dijo Lucas Ilardo, jefe de bloque del frente de Todos en el Senado, a pocos días de la asunción del radical. Pero esa armonía cambió a medida que pasaron los días.
Uno de los principales acuerdos sería la reforma de la ley 7722, con un proyecto que salió con un buen número de votos positivos entre la UCR y el PJ, pero que luego sería derogado tras las protestas sociales. Lo mismo ocurrió con la declaración de la emergencia financiera, sanitaria y social, por la pandemia del coronavirus.
Sin embargo, las relaciones entre los principales frentes políticos dejaron de tener buena sintonía en el momento de discutir el Presupuesto 2020 y el endeudamiento para obras públicas, así como también votaron en contra de la designación de José Thomas como director General de Escuelas, inmediatamente después de las idas y vueltas con la minería. En paralelo, el peronismo se plegó a la gestión nacional en la cruzada respecto a ser más restrictivos en la pandemia.
Quizás el momento de mayor conflicto fue hace menos de un mes, cuando Suárez tildó de “salvaje” a la oposición, en momentos en que aún no se resolvían los créditos para obras. Días antes a esa frase, la senadora Anabel Fernández Sagasti le había dicho que se comportaba “como un niño rico y caprichoso” de acuerdo una supuesta estrategia del oficialismo del “todo o nada” en la discusión del monto para endeudamiento.
El tironeo político se mantuvo in crescendo hasta que luego de intensas negociaciones se volvió a reconducir el camino del diálogo, con la aprobación del Presupuesto 2021, el cual tuvo el voto positivo del peronismo para endeudamiento destinado a obra pública y roll over.
Recriminaciones
Por parte del frente de Todos, la futura presidenta del PJ que asumirá el próximo 19, Anabel Fernández Sagasti, criticó a la gestión de Suárez al asegurar que hubo una “carencia de ideas para buscar alternativas que hicieran más llevadera la situación” de pandemia.
“Creo que la política no ha estado a la altura de la crisis. Creer que Mendoza puede resolver sus problemas sola, sin articular con las otras provincias y con el gobierno nacional, eso no ha sido bueno”, sostuvo la Senadora Nacional.
Respecto a la relación entre el gobierno con la oposición y la nación, la líder del peronismo expresó que el oficialismo “no debería haber actuado su supuesta ‘autosuficiencia’” en una crisis como la actual, y destacó que desde el peronismo han hecho “grandes esfuerzos para que se escuchen las ideas que nuestro partido desea aportar, pero siempre pusieron la rivalidad política por delante”.
“Creo que esto debe cambiar y tengo la esperanza de que así sea, la realidad exige entender que de situaciones como estas no se sale solo, sino con todos y todas”, aconsejó.
¿Mejor trato nacional o provincial?
En el oficialismo tienen una visión completamente diferente respecto a los hechos. Si bien aseguran que hubo un cambio entre el modo de relacionarse que tienen Suárez y Cornejo, “los resultados han sido los mismos que había con Cornejo”.
Por otro lado, marcaron que haber dado la autorización del endeudamiento y el roll over implicó un “cambio de actitud”, pero descreen de las buenas voluntades: “Fue un tema especulativo, porque iban a quedar expuestos ante la sociedad”.
De hecho, en la entrevista del domingo a Los Andes, Suárez sostuvo que siguen sin tener una buena comunicación. “Nos quedamos sin un interlocutor. No sé con quién hay que sentarse para hablar: con Bermejo, los Félix, Anabel”, expresó el mandatario, y añadió que el hecho de que Fernández Sagasti sea la presidenta del PJ no le garantiza ser la líder. “El presidente del partido también fue (Guillermo) Carmona y no le atendían el teléfono ni ellos. No tenía peso político”, acotó.
Respecto a la Nación, en Casa de Gobierno compararon que el Gobernador “tiene mejor trato con el PJ nacional que con el PJ provincial, hay más diálogo”. Pero de igual manera destacaron que el hecho de ser una de las pocas provincias opositoras también trajo problemas a Mendoza.
“Siempre hemos tratado de tener una articulación entre los gobiernos. Suárez tiene una relación muy sincera y franca, pero cuando se ha tenido que parar enfrente a la Nación lo ha hecho”, sostienen de acuerdo a las discusiones internas por las restricciones de la pandemia y también por los recursos discrecionales entregados, así como además las trabas a la obra Portezuelo del Viento.
Pero también Suárez aseguró que “no hay unidad” tampoco a nivel nacional: “Cuando yo tengo que pedir algo a la Nación, ¿adónde voy? Wado de Pedro es una opción; o voy a Vitobello, que es Alberto; o voy a Máximo... ¿o voy a Massa? ¿Por dónde puedo ir?”, marcó.
Con un primer año de gestión en el cual las relaciones suelen ser más “amigables”, sin dudas éstas no fueron las mejores entre el oficialismo y la oposición, y hay quienes dudan que esto mejores, sobre todo en un 2021 que prevé similares complicaciones económicas y a los que se suma un escenario electoral.