El juez federal Eduardo Puigdéngolas procesó y trabó un embargo por 75 millones de pesos contra Nahuel Bento, uno de los hijos del juez Walter Bento, “por considerarlo coautor presunto responsable del delito de lavado de activos de origen ilícito”.
Nahuel Bento tiene 31 años y es empleado del Poder Judicial de la Nación desde 2013. Según se lee en la resolución, el juez Puigdéngolas, quien ha pedido la prisión preventiva de Walter Bento por considerarlo jefe de una asociación ilícita, procesó al joven por recibir y haber puesto en circulación “fondos de procedencia ilícita, al adquirir bienes muebles e inmuebles registrables, como así también realizar inversiones en fideicomisos inmobiliarios y numerosos viajes al exterior, dando apariencia de legalidad al producido de las maniobras ilícitas investigadas en las presentes actuaciones”.
La procedencia de los bienes de Nahuel Bento estaría relacionada con las maniobras de sus padres, Walter Bento y Marta Boiza, quienes por su lado están procesados en la misma investigación, precisamente, por enriquecimiento ilícito, entre otras causas.
Para ordenar el procesamiento, Puigdéngolas puso el ojo en operaciones tales como la donación de departamentos a favor de Nahuel Bento, la compra y venta de vehículos (algunos de alta gama) y la adquisición a su nombre de locales en el complejo Il Mercatto de Maipú.
De acuerdo con el detalle de expediente, el hijo de Bento aceptó como “anticipo de herencia” tres inmuebles ubicados en el barrio Palmares, compró una cochera en un edificio céntrico, adquirió y/o vendió autos (entre ellos, dos de marca Audi) y “puso en circulación fondos de procedencia ilícita” al adquirir cuatro locales en el complejo Il Mercato de Maipú.
“El incremento desmesurado del patrimonio del grupo familiar investigado, por el ingreso injustificado de fondos y bienes, habría determinado que los mismos realizaran diversas operaciones y maniobras tendientes a disimular su origen espurio, para confundirlos con su patrimonio legítimo”, resume el juez luego de dar el detalle de los bienes.
Señala también, más adelante, el “incremento patrimonial apreciable e injustificado desde el ingreso en la función pública por parte de las personas involucradas, centrándose el foco de atención en los movimientos económicos realizados por el grupo familiar, a partir del año 2010″.
Puigdéngolas indica que en la investigación “surge la sospecha seria respecto a que el traspaso de titularidad de los inmuebles, únicamente obedeció al propósito de excluirlos registralmente del patrimonio del magistrado, apareciendo su hijo Nahuel como coautor de esta maniobra al haber aceptado esta simulación”.
LOS VIAJES, UNA CUESTIÓN “GROSERA”
Sin embargo, el juez Pugdéngolas hace hincapié en que “la cuestión que más groseramente refleja la utilización de cuantiosos fondos de origen no compatible con los ingresos legítimos del grupo familiar, está dada principalmente por los constantes y reiterados viajes al extranjero que realizaba, en forma conjunta o alternada”.
El detalle de los viajes de Nahuel Bento que figura en el auto de procesamiento es sorprendente. Entre 2007 y 2021, registró “al menos 85 movimientos migratorios, a destinos como Chile, Perú, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Italia, Méjico, España y Aruba, entre otros países”.
El grupo familiar compuesto por Walter Bento, Marta Boiza, y Nahuel, Luciano y Facundo Bento (los tres hijos del matrimonio) registra además “un total de 211 ingresos” a Estados Unidos, según el expediente. En al menos 15 oportunidades se alojaron en el edificio Oceanía II, sito en 16445 Collins Ave, Sunny Isles Beach, Florida”, además de haber sido pasajeros en numerosos hoteles del país del norte.
A lo largo de estos periplos en 57 oportunidades coincidió Nahuel con Walter Bento y en 55 oportunidades lo hizo con su madre, Marta Boiza. Pero en la familia Bento, todos han viajado mucho: en 52 casos, Nahuel coincidió con su hermano Facundo, y en 43 oportunidades, con Luciano.
LOS SUELDOS DE LA FAMILIA JUDICIAL
Para la Justicia, los bienes y viajes de Nahuel Bento no coinciden con sus ingresos. A pesar de que su sueldo en la Justicia Federal no es para nada bajo: cobra unos 550 mil pesos por mes en la actualidad, como secretario de primera instancia de la Justicia Federal, cargo al que accedió pocos meses después de haberse recibido como abogado.
Pero su madre y uno de sus hermanos, Luciano, también tienen cargos en la Justicia. Los cálculos de los sueldos del grupo familiar, sumados, no alcanzan para justificar sus bienes, dice Puigdéngolas en el expediente.
Así lo expresa el juez: “Los sueldos pagados al grupo familiar por el Poder Judicial de la Nación, alcanzaban en total, al momento de producirse los informes presentados por AFIP, a la suma mensual de $1.766.302; lo que, en su momento, llevó al Sr. Fiscal Federal Subrogante y a este Tribunal a entender que, el patrimonio de la familia Bento superaría el monto total de los ingresos lícitos en concepto de sueldos cobrados sucesivamente por los miembros de la familia desde su ingreso a las filas del Poder Judicial hasta la actualidad”.
Los hermanos Nahuel y Luciano Bento no fueron enfocados al comienzo de la investigación al juez Bento, pero están apuntados por la Justicia desde hace mucho. Se encuentran con licencias psiquiátricas desde hace más de un año y por eso no han sufrido contratiempos. O sea, además de estar involucrados en la causa, no van a trabajar y siguen cobrando sus salarios.
Luciano ha conseguido evitar la indagatoria debido a los informes psiquiátricos, que han dicho que no está en condiciones de enfrentar al tribunal. Pero a Nahuel una pericia no le dio a favor y sí tuvo que declarar. Debido a este hecho, su suerte comenzó a cambiar.
“Al ser recibido en declaración indagatoria, el citado imputado se limitó a manifestar que era inocente, señalando que existían errores, equivocaciones e inconsistencias en la imputación”, señaló el juez Puigdéngolas respecto de Nahuel Bento.
Ahora, si su procesamiento queda firme, será suspendido del puesto de secretario en la Justicia y perderá el cobro del sueldo, al igual que su madre.
Esto se debe a que los empleados judiciales no pueden trabajar si están procesados por delitos dolosos. Paradójicamente, su padre, el juez, sí continúa ejerciendo el cargo, y por ende cobrando su salario, porque tiene fueros que lo protegen de la suspensión hasta que el Consejo de la Magistratura disponga lo contrario.
Bento padre tampoco tiene patrimonio a su nombre. Apenas una camioneta Amarok figura como suya, a pesar de que todos los bienes de la familia habrían sido generado por él, en buena medida a través de maniobras como el cobro de coimas a cambio de beneficios judiciales, según la investigación judicial.
La “buena” para Nahuel Bento en toda esta historia es que el juez Puigdéngolas no fijó prisión preventiva en su contra porque la pena de cárcel que enfrenta no es muy alta en la escala. En caso de ser declarado culpable, además, la condena sería de ejecución condicional.