El presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), Luis Puenzo, defendió este martes su gestión ante el organismo público al señalar que él no está desfinanciando al cine argentino, sino que cuenta con un presupuesto limitado de 5.000 millones de pesos que no alcanza para todos los proyectos.
Puenzo se reunirá a las 16:00 con el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, quien a su vez esta mañana estuvo reunido en la Casa Rosada con el jefe de Gabinete, Juan Manzur. El ministro había asegurado el lunes que “habrá cambios” en el Incaa, frente a cuya sede se desarrolló una protesta contra Puenzo.
Este martes, en declaraciones a la radio porteña AM750, Puenzo afirmó: “Si hay cambios en el Incaa yo debería ser el primero, de eso no cabe la menor duda. Porque además yo me hago cargo de lo que he hecho y me hago cargo del equipo. Si hay cambios en el Incaa, seguramente el primero sería yo”.
Al ser consultado sobre si ya le pidieron la renuncia, el cineasta contestó: “No todavía, no de una manera manifiesta. Me he enterado por los medios que existiría esa posibilidad. Vamos a tener una reunión hoy por la tarde. Si me tengo que ir, me iré. Yo no tengo nada particular con seguir en el cargo. Sí me daría lástima dejar a medio hacer lo que estamos haciendo”.
Puenzo consideró que si Bauer le pide finalmente la renuncia el Gobierno se estaría “tirando un tiro en el pie”, porque “realmente los números son ostensiblemente mejores, son los posibles y es muy difícil que se pueda presuponer que habrá un aumento en el Presupuesto con la situación en la que está la Argentina”.
El funcionario dijo que Bauer y el resto del Gobierno conocen desde hace mucho tiempo la situación y los argumentos que él explica sobre la realidad del cine argentino. El Incaa cuenta con un presupuesto de 5.000 millones de pesos al año, lo que resulta escaso para las pretensiones de toda la industria.
El funcionario comentó que cuando se impulsó la ley del cine en 1994, el Fondo de Fomento Audiovisual –que financia la producción y distribución de obras cinematográficas, creación de guiones, equipamiento, formación profesional, entre otros- estaba en los 60 millones de dólares. “Y en este momento, el presupuesto del Incaa apenas supera la mitad de ese monto. O sea que se ha reducido impresionantemente”, dijo Puenzo.
En paralelo, el Incaa tenía 200 empleados en los años 90 y ahora tiene 800. Mientras tanto, la industria se multiplicó por diez (cantidad de películas, directores, productores, técnicos) mientras que el presupuesto apenas supera la mitad.
Puenzo añadió que esta situación ha sido discutida “muchísimas veces” hacia adentro del Gobierno, pensando alternativas. Él sugirió en 2020 un mecanismo para aplicar un impuesto sobre el consumo, según dijo. Actualmente, el 10% de cada entrada vendida por un cine va al Fondo de Fomento del Cine Argentino. Con ese mismo criterio, Puenzo propuso que se aplique sobre quienes tienen abono de streaming.
“Esto no prosperó, no fue aceptado. En el Gobierno se discutió mucho. Se dijo que era más genuino un impuesto específico a las plataformas. Y la industria sostuvo que era necesario aplicar un impuesto directo a las plataformas”, lamentó Puenzo.
Puenzo dijo que él tiene “clarísimo” que el cine está en un momento “muy difícil” en todo el mundo y particularmente el fomento en la Argentina, y lamentó que haya “mucha resistencia a escuchar y entender el diagnóstico”.
La manifestación
El lunes hubo una multitudinaria manifestación frente al Incaa. Quienes asistieron pidieron la renuncia del Presidente del Instituto al grito de “¡Fuera Puenzo!”.
Este martes, el funcionario dijo que no estaba cerca del Incaa cuando ocurrió la manifestación. Y expresó que él tenía entendido que el propósito de la marcha tenía que ver con un episodio que había ocurrido en la escuela de cine con la no renovación del contrato de una secretaria académica.
“A ese tema lo iba a atender el rector de la escuela y yo estaba lejos cuando me avisaron. Sabía de la marcha, pero entendía que el propósito era esto que le cuento de la ENERC (La Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica)”, insistió Puenzo
Según el funcionario, hubo muchos malos entendidos hasta ayer mismo. “Creo que la represión brutal de la policía ayer es muy repudiable y eso colaboró muchísimo con que la situación empeorara drásticamente. La represión fue cuando la marcha se empezaba a desplazar hacia la escuela”, comentó.
Puenzo dijo que habló “muchísimas veces” ya desde el 2020 con quienes el lunes se manifestaron frente al Incaa pidiendo su renuncia. “En última instancia mi situación personal no es relevante. Lo que importa sí es la situación en la que está el cine, es lo que realmente a mí me preocupa”, dijo Puenzo.