Son horas tensas de “rosca” para la revisión y votación en la Cámara Baja del veto de Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario. Justo en la previa, se conoció la ausencia en el recinto de una diputada cordobesa por “problemas de salud” que iba a votar en contra del rechazo del Presidente.
Se trata de Alejandra Torres (Hacemos por Nuestro País), quien comunicó vía X que se baja de la sesión convocada este miércoles.
“Debido a que estoy transitando problemas de salud, entre ellos COVID, no podré asistir a la sesión de mañana (por hoy), donde debatiremos el veto a la Ley de Financiamiento Universitario”, publicó Torres en sus redes sociales, quien había anticipado su expresión a favor del presupuesto para las universidades nacionales.
“Quiero reafirmar mi postura sobre este tema: las universidades son pilar y el futuro de nuestra sociedad. No podemos concebir un país con universidades desfinanciadas. Por ello, rechazo el veto a la Ley de Financiamiento Universitario”, dijo Torres, pareja del extitular de la Anses, Osvaldo Giordano, al sentar su postura “virtual”.
El ministro de Economía, Luis Caputo, se metió en el debate y rechazó la decisión de Torres para ausentarse.
El funcionario aclaró que la posición del gobierno no está en contra de las universidades públicas, sino que el veto propuesto se refiere a la forma en que se maneja el financiamiento. “Estimada Alejandra, tu postura hacia las universidades no es muy diferente a la del gobierno nacional. Nosotros también estamos a favor de las universidades públicas. Sólo queremos que se auditen los gastos, porque es lo que corresponde dado que la plata es del contribuyente y no nuestra”, explicó el ministro.
“En resumen, el veto NO es contra el financiamiento universitario, sino contra la ley propuesta, porque precisamente, NO incluye el financiamiento universitario”, sostuvo Caputo.
“Si entre todos concluimos que las universidades necesitan más plata, se debe proponer cómo se financia ese nuevo gasto, como lo indica la Ley de Administración Financiera y el propio Reglamento del Senado”, sumó.
Con esta ausencia de la diputada, el gobierno de Javier Milei gana oxígeno en una votación que será ajustada: hasta la abstención le es útil en el conteo. Hasta último minuto, desde la Casa Rosada negocian voto por voto.
Para blindar el veto, el oficialismo necesita como mínimo un tercio de los votos de los que marquen el voto. De allí que las ausencias podrían colaborar en el objetivo, dado que angostaría el número necesario para bloquear el avance de la ley.
En el oficialismo sacan cuentas y se entusiasman con el número 84, que es el piso de diputados que, según interpretan, colaborará con la causa y permitirá ganar la batalla.
Con apenas un voto más, el oficialismo se asegurará la confirmación del veto, tomando como un hecho las cinco ausencias que ya se dan por descontado (Torres, Zago, López Murphy, Carbajal y Stefani).
En el otro bando, para superar los dos tercios de los votos deberán sumar 169 voluntades. Aunque si la cantidad de ausencias fuera mayor, podrán alcanzar el objetivo con menos votos. En Unión por la Patria tienen comprometidos a sus 99 representantes para estar en el recinto y levantar la mano a favor de las universidades.