El martes 16 se reúne el Congreso del PJ nacional en Ferro, una instancia institucional partidaria a la que los congresales suelen llegar con todo ya cocinado. Esta vez, sin embargo, domina la incertidumbre en buena parte de los más de 900 congresales. Difícilmente el congreso peronista tome una decisión con legitimidad política sin que aquella cuente con el aval de Cristina Kirchner, y, en menor, medida, Alberto Fernández. Pese a algunas versiones que indican lo contrario, la vicepresidenta y el presidente de la Nación no tienen previsto reunirse próximamente.
“La verdad, no hay nada claro; no sabemos con quién hablar”, confió hoy a este medio un congresal peronista. El Congreso partidario le dice al PJ, “vamos a armar este frente, con estos aliados y este programa básico, ¿no?”, comentó el congresal consultado. “En un congreso vos tenés que arreglar, son más profundos que la reunión del Consejo Nacional de hace unos días, donde todo se resolvió en 15 minutos. ¿Quién arregla el congreso? ¿Quién acuerda, quién pauta? No es eso lo que yo estoy viendo; falta para el 16 pero veo todo muy frío y no hay movimiento que yo sepa”, explicó, algo desorientado.
Las divergencias del peronismo quedaron expuestas esta semana también en el plano sindical. La CGT celebró el 1 de Mayo, sin la presencia del co-secretario general Pablo Moyano, ni gremios industriales y poderosos como UOM y Smata. Mario Manrique, secretario adjunto de los mecánicos, está parado en la vereda de enfrente de Héctor Daer, Carlos Acuña o Gerardo Martínez: quiere a Cristina candidata a presidenta, hipótesis rechazada por la otra parte de la CGT. Lo más conveniente sería que estos ánimos lleguen calmos al congreso de Ferro.
La ministra Victoria Tolosa Paz, que amaga con enfrentar a Kicillof a unas PASO bonaerense, dijo que se necesita “democratizar” del Frente de Todos, y pidió un encuentro entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner para “que determinen cómo y de qué manera salimos los jugadores, en qué puestos y en qué lugar, para ser un frente competitivo”, como paso previo al Congreso, que tiene al gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, como presidente.
“No sé cuál es el miedo que puede tener alguien a someterse al voto popular para que se definan las fórmulas cuando llevamos 40 años de democracia”, dijo también Tolosa Paz, y reclamó “reglas de juego” para la interna, tal como lo pidió Agustín Rossi, un precandidato alentado por la Casa Rosada.
Axel Kicillof, dirigente influyente en el universo kirchnerista, confirmó que espera la decisión de la vicepresidenta, para ordenar el resto. Dijo que aunque es “natural” que él aspire a la reelección a la gobernación bonaerense, esto será producto una decisión “colectiva” que adoptará el Frente de Todos en el marco de una “estrategia general” de cara a los comicios generales de octubre.
Algunas versiones sostienen que La Cámpora y Cristina Kirchner “van por una lista única”, que incluye un acuerdo con Massa y el Frente Renovador. La contraparte es Alberto Fernández y su grupo, pugnando por abrir la competencia en las PASO. “Daniel (Scioli) no se baja”, dijo a este diario un funcionario cercano al embajador en Brasil.
La semana pasada en La Plata, Cristina Kirchner volvió a decir que no será candidata. Algunos están revisando el discurso: no aludió a la palabra “unidad”, en un sentido político partidario, en las más de 9 mil palabras que dijo. Solo la usó para referirse al dólar como “unidad de pago”.
En cambio la vicepresidenta fue notablemente enfática al hablar de la necesidad de contar con un “programa de gobierno”. Lo dijo cinco veces y con esa apelación como idea cerró el discurso. Al parecer, Cristina Kirchner no está dispuesta a firmar un cheque en blanco en nombre de la unidad.