Sorpresivamente, el ministro de la Corte provincial Omar Palermo decidió no concursar para un cargo en la sala III de la Cámara de Casación Penal de los tribunales de Comodoro Py en Capital Federal para el que se había anotado.
Palermo no se presentó ayer a rendir el examen de oposición que toma el Consejo de la Magistratura de la Nación. De este modo, automáticamente quedó afuera del proceso.
Con esta decisión, es un hecho que no habrá una nueva vacante en la Corte provincial por el momento. Hay que recordar que Palermo integra la Sala Segunda del alto tribunal, junto a los supremos Mario Adaro y José Valerio.
Su presencia allí es importante porque frecuentemente vota en consonancia con Adaro, el otro ministro filoperonista de la sala. Valerio en cambio está vinculado con el oficialismo provincial, por lo cual suele perder las votaciones.
También es influyente Palermo en la composición general de la Corte, que tiene cuatro ministros “oficialistas” y tres “opositores”. Si se iba Palermo, hubiera quedado uno menos en ese bando que ya está en minoría.
La Cámara de Casación Penal es un tribunal nacional muy importante: el segundo en nivel de preponderancia detrás de la Corte nacional. De esta manera, atiende las causas penales más importantes del país, entre las cuales están aquellas que involucran a Cristina Kirchner.
A ese ámbito aspiraba llegar, por lo menos hasta hace poco, Palermo, junto a más de 90 inscriptos, entre quienes estuvo anotado, antes de que el dato se convirtiera en escándalo y lo sacaran, el procesado juez federal mendocino Walter Bento. El concurso trataba de cubrir el cargo de vocal que dejó vacante Liliana Catucci en setiembre del año pasado.
Palermo hace tiempo tiene roce con la política a nivel nacional. De hecho, por iniciativa del Gobierno, en julio del 2020 fue convocado para integrar la Comisión Asesora que tenía como objetivo aportar ideas para la modificación de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el funcionamiento del Consejo de la Magistratura y del Ministerio Público Fiscal, y la implementación de más juicios por jurados.
Pero en este caso, el magistrado se frenó y seguirá como juez penal de casación, pero en la Corte de Mendoza.