La discusión por las elecciones 2023 en Mendoza comienza a tomar cada vez más trascendencia en torno a las futuras precandidaturas en los partidos de la oposición, pero también en la coalición gobernante, que tiene como principales espacios al radicalismo y al Pro. Según una reciente encuesta por parte de la consultora Poliarquía, el senador nacional Alfredo Cornejo es el dirigente con mayor imagen positiva en la provincia, y por ende, el que más chances tendría para intentar retener la gobernación en la provincia dentro de la coalición.
No obstante, y con el gobernador Rodolfo Suárez -que tiene también una buena imagen- fuera de la contienda ya que en Mendoza no hay reelección, quien aparece luego de Cornejo es el diputado nacional del PRO Omar De Marchi, quien ha manifestado en varias ocasiones sus intenciones de ir nuevamente por la gobernación y que se está preparando para lanzarse como precandidato dentro de la interna de la coalición gobernante.
Desde ya, desde el radicalismo aseguraron que la encuesta está “direccionada a los intereses de De Marchi” y le restaron valor. Desde el entorno del mandatario provincial, han asegurado en varias oportunides que los informes más relevantes son los que realiza la consultora Reale-Dalla Torre, cuyos datos son diferentes en base a la potencialidad del lujanino.
La encuesta de Poliarquía, que tiene como uno de sus referentes al consultor y analista político a Alejandro Catterberg, señala que el ex gobernador radical tiene una imagen positiva del 41%, mientras que la negativa es del 31%, lo que da un diferencial positivo del 10%. En tanto, Suárez aparece segundo bien cerca, con un 40% de imagen positiva y 25% negativa.
El lote del resto de dirigentes políticos queda relativamente lejos de Cornejo y Suárez, y es ahí donde aparece el ex intendente lujanino, con un 30% de imagen positiva y un 19% negativa. Le sigue Adolfo Bermejo, diputado nacional peronista, con una imagen positiva también del 30%, pero una negativa del 21%; y luego otro radical, el intendente capitalino Ulpiano Suárez, con una imagen positiva del 25% y una negativa del 18%. Lo curioso es que, en este caso, hubo un 39% que respondió el casillero de “no sabe no contesta” (ns/sc).
Siguiendo la encuesta, de los dirigentes analizados, la única con diferencial negativo es Anabel Fernández Sagasti, senadora nacional kirchnerista, que tiene una imagen positiva del 24% y una negativa del 40%. En tanto, en el resto del lote aparecen los radicales Daniel Orozco, Luis Petri y Tadeo García Zalazar, los tres con diferenciales positivos en sus valoraciones de imagen, pero con porcentajes mayores al 45% en quienes han preferido optar por la opción ns/nc. De hecho, Orozco tiene 23% de imagen positiva y 14% negativa; Petri 20% positiva y 16% negativa; y García Zalazar 20% positiva y 14% negativa.
El relevamiento se realizó entre el 26 de octubre y el 11 de noviembre a 1802 casos de la provincia. Los consultados fueron residentes en Mendoza en condiciones de votar el año que viene, tanto con la modalidad de encuesta domiciliaria como también telefónica, en teléfonos fijos y celulares en toda la provincia.
El rol de De Marchi y la “decisión” de Cornejo
De aquí en más es importante saber cuál es el valor real que le podría dar el radicalismo a esta encuesta, teniendo en cuenta que, sobre todo el Gobernador, le da mayor importancia a los análisis de la consultora Reale-Dalla Torre, que tiene datos al menos diferentes a éstos en relación a la figura de los intendentes radicales contra De Marchi. De hecho, en ese informe de la encuestadora Martha Reale, Ulpiano Suárez se encuentra por encima de De Marchi, en lo que podría ser un eventual “mano a mano”, en caso que Cornejo decida ir por una precandidatura nacional (se lo vincula en una posible fórmula con Patricia Bullrich), o simplemente elija no presentarse y seguir como legislador nacional.
Desde Casa de Gobierno, precisamente restaron importancia a la encuesta, sobre la cual aseguraron que está “muy direccionada” sobre posibles intereses de De Marchi, y agregaron que el informe “tiene errores metodológicos”.
En los datos de Poliarquía, por un lado, Cornejo es el líder no sólo de la encuesta sobre imagen con todos los precandidatos (tanto oficialistas como opositores); sino que también ganaría en un “mano a mano” con De Marchi, en un escenario de 43% a 37%.
No obstante, también se simularon escenarios sin Cornejo, y allí es donde De Marchi le “ganaría” en los “mano a mano” al capitalino Suárez y al godoycruceño García Zalazar. En el primer caso, los encuestados se inclinarían en un 48% por De Marchi; mientras que un 24% votaría al jefe comunal capitalino. En el segundo caso, De Marchi tendría también un 48%, mientras que García Zalazar llegaría al 22%.
Yendo particularmente al enfrentamiento entre espacios políticos, de los encuestados el 40% votaría por Cambia Mendoza. En tanto, Poliarquía dividió al Frente de Todos al agregar también la opción “peronismo no kirchnerista”: el primero fue elegido por el 13%, mientras que el segundo quedó con un 11% (entre ambos suman 24 puntos). Más atrás quedó el espacio de Javier Milei (La Libertad Avanza) con un 10%, el Partido Verde con un 6% y el FIT con un 5%.
Respecto a la gestión de Suárez en la provincia, el 55% aprueba el trabajo del Gobernador; mientras que el 43% la desaprueba. Esta situación se revierte completamente cuando se habla de la gestión nacional: allí el 73% de los encuestados desaprueba la gestión de Alberto Fernández, que sólo tiene un 25% de aprobación.
En las conclusiones del informe, Poliarquía indica que el PJ “presenta una profunda debilidad tanto en el escenario nacional como el provincial”. Respecto al primero, Alberto Fernández y Cristina Kirchner son los dirigentes con mayor rechazo electoral; mientras que en el plano provincial, “el espacio se encuentra desgastado y sin una figura competitiva”.
Por otro lado, remarcan que a pesar del clima social crítico y del descrédito hacia la política tradicional, Cambia Mendoza “se sostiene como la fuerza política predominante, registrando, no obstante, un estancamiento respecto a otros momentos”.
También manifestaron que Alfredo Cornejo y Rodolfo Suárez “son los dirigentes más conocidos y mejor evaluados. En un segundo escalón se encuentra Omar De Marchi. Y luego, mas atrás, otros dirigentes del radicalismo como Ulpiano Suárez, Daniel Orozco, Luis Petri y Tadeo García Salazar”.
Y finalizan: “Las elecciones del año próximo se muestran favorables para Cambia Mendoza si no subestiman el riesgo del desencanto social, el fraccionamiento del voto y el surgimiento de alguna fuerza no tradicional. El candidato a gobernador mejor posesionado es Alfredo Cornejo (mayor piso electoral) seguido por Omar De Marchi (mayor techo electoral)”.
Crisis económica, a tope en la sociedad
Fuera de lo electoral, Poliarquía también consultó sobre la situación actual que atraviesa la provincia. De hecho, surge de la encuesta que en Mendoza, 7 de cada 10 mendocinos piensan que la situación de la provincia en 2022 es peor o igual de mal que en el 2021.
En tanto, el 42% de los consultados tiene una valoración negativa de la situación general de la provincia; un 35% considera que la situación es “regular”; y sólo un 23% cree que la situación general es positiva.
Además, más de la mitad de los encuestados sostiene que los principales problemas de la provincia son económicos. De todos los problemas, el desempleo quedó primero, con un 19%; mientras que la inflación obtuvo el 17%. En tercer lugar aparece la inseguridad, con un 10%; después un 9% eligió los bajos salarios; y el 8% se decidió por los políticos y gobernantes como el principal problema.
Entre los resultados de la encuesta, se pudo manifestar que la situación social en la provincia “es compleja” y que predomina una mirada “crítica sobre el contexto general”. También manifestaron que las problemáticas económicas “son las mas angustiantes y se observa un deterioro de la situación provincial respecto al pasado cercano y lejano”.
En términos políticos, también se marca un descrédito por parte de la ciudadanía con la politica en general y, por ende, emergen la falta de representación por un lado y el apoyo electoral a alternativas nuevas o no tradicionales, por otro.
