A días de cumplir 18 meses como ministra de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, Teresa Day encara el estratégico desafío de coordinar el Fuero de Familia de la provincia, responsabilidad que asumió hace apenas tres semanas.
En un despacho colmado de expedientes, la única mujer del máximo tribunal de justicia mendocino recibió a Los Andes para brindar una entrevista. La magistrada realizó un diagnóstico sobre los inconvenientes y las transformaciones que demanda el fuero que ha quedado bajo su órbita e hizo hincapié en la urgente necesidad de organización.
Consultada acerca de la conmoción nacional generada por el crimen de Lucio Dupuy, el niño de 5 años asesinado a golpes en La Pampa, resaltó que la coordinación entre las distintas áreas y organismos es fundamental para evitar casos similares en Mendoza. “No queremos que le pase nada a un niño por culpa nuestra”, dijo.
El arribo de Day a la Corte a mediados de 2020 fue por demás turbulento. Tras ser postulada para el cargo por el gobernador Rodolfo Suárez, su designación fue cuestionada por la oposición e incluso por los supremos del “ala peronista”. Sin embargo, ya ratificada como integrante del Alto Tribunal, la jueza afirmó que tiene buena relación con todos sus colegas y destacó que está abocada a mejorar el servicio de justicia en la provincia.
-¿Cómo ha sido este año y medio como ministra de la Corte?
-Estoy contenta y he aprendido un montón. Tengo la posibilidad de hacer mucho para mejorar la justicia, como todos los ministros que integramos la Corte. Llevo 31 años en el Poder Judicial, no me sorprendió pero era todo nuevo y una forma de trabajar distinta. Siempre he trabajado mucho, pero me llevó más tiempo todavía. Yo trabajo mañana y tarde, pero llegué a trabajar los sábados durante todo un año, porque es una responsabilidad gigante.
-¿El escenario turbulento en el que asumió la afectó en lo personal?
-A mí no me afectó nunca. Trabajé como venía trabajando siempre con muchísima más responsabilidad. Ni los compañeros de trabajo ni los ministros me hicieron sentir mal, la problemática era de la política, de afuera, siempre lo sentí así y creo que se ha notado en mi trabajo. Mi relación con todos los ministros es excelente.
-¿Incluso con los ministros que cuestionaron su designación?
-Nunca tuve mala relación, ni durante esos cuestionamientos que, vuelvo a decir, era un tema político y de afuera del Poder Judicial. Yo soy judicial, he sido siempre judicial y creo que tenemos que trabajar para mejorar el servicio de justicia en beneficio de toda la sociedad.
-¿Qué diagnóstico tiene del Fuero de Familia?
-El primer día me reuní con quienes estaban como responsables para pedirles un informe escrito. Elaboramos una encuesta preguntando qué es lo que venimos haciendo bien y no quieren que cambie; y qué venimos haciendo mal. Consultamos a la gente que va a tribunales, los profesionales, empleados, funcionarios y magistrados, todos de forma anónima. Quería que la encuesta saliera el mismo día en toda la provincia y hablé primero con todos los jueces. En el primer día hubo casi 300 respuestas. Hablaban de la falta de organización y algunos del sistema informático, que no es que no funcione, sino que si lo ponés en un lugar que no está muy bien organizado, es un problema. Me hice de todas las normas, acordadas y resoluciones para saber qué había que modificar o no. Creo que lo fundamental es que las reformas surjan de la propia gente que trabaja aquí y teniendo en cuenta también a los abogados. Hay que ir buscando los focos donde hay inconvenientes. Hay quienes creen que todo se soluciona con más empleados, yo creo que se soluciona distribuyendo y organizando mejor el trabajo. Hay mucha desorganización porque se han hecho muchas pruebas, es lo que he venido advirtiendo. Están los medios, creo que hay que organizarlos y distribuirlos mejor.
-¿Es necesario reformar alguna ley?
-No hace falta cambiar leyes. Primero tenemos que ver cómo está todo. Es necesario un cambio de mentalidad en algunos casos, pero en cada lugar es distinto. La clave es ir a los lugares y tener una línea directa.
-¿Cuál es el desafío inmediato para el fuero?
-Organizarnos mejor. Y esa organización va a salir de las propias ideas de los que están. Acá tenemos que respetar el Código de Procedimientos, pero además, la organización interna cuando la tenés bien hecha, tiene buenos resultados. Por ejemplo, apuntamos para el año que viene a hacer otra Gestión Asociada y tener una de Capital y otra de Guaymallén.
-¿Y cuál será el objetivo a mediano plazo?
-Que preste un buen servicio, porque hoy no estamos prestando un buen servicio. Y que ese buen servicio sea para toda la sociedad. La solución viene desde adentro y también escuchando a los que utilizan el servicio, que son los abogados. Con estos movimientos que hemos hecho, la verdad es que estoy segura que lo vamos a hacer y vamos a ver los resultados. La solución la vamos a construir entre todos, no es que vengo yo con la varita mágica desde la Corte a arreglar el problema.
-Dijo que trabaja de mañana y tarde y hasta los sábados, ¿nota el mismo compromiso dentro del Poder Judicial?
-El Poder Judicial es enorme. Hay un montón con ese compromiso y otros que no. No está en mí decir quién lo hace. Todos los jueces de Familia con los que me he reunido me han mostrado ese compromiso. Ellos tienen turnos que van rotando y en la Ciudad de Mendoza tenemos el turno vespertino para casos de Violencia. Hay otros departamentos que no, pero he visto mucho compromiso de los funcionarios y empleados en el tema de Violencia. Es muy difícil que donde hay niños alguien no tenga ese compromiso y si hubiera alguna irregularidad lo tienen que denunciar. Estamos hablando de niños acá y todos tenemos esa especial sensibilidad con quienes son los más vulnerables. Los jueces, los funcionarios y los empleados tienen mucho compromiso en el fuero de familia, pero están muy desorganizados.
-El crimen de Lucio Dupuy en La Pampa generó conmoción en toda la opinión pública. ¿Cómo se influye desde la cúpula del Poder Judicial para evitar que la justicia llegue tarde en los casos de violencia familiar?
-En el diagnóstico que hice veo que todos tienen una separación muy clara, con un secretario de Violencia y con gente que está full time. Hay una relación muy buena con lo que es Cuidados Alternativos, ETI (Equipos Técnicos Interdisciplinarios) y Dinaf, donde a pesar de algunos problemas que han habido, no ha llegado a mayores porque hay un niño de por medio. La gente que está ahí es muy sensible. Todos nos podemos equivocar, porque también ha pasado en Mendoza, pero trabajamos todos para que eso nunca pase, porque no queremos que le pase nada a un niño por culpa nuestra. Y en eso está el compromiso de todos los jueces, funcionarios, empleados y ordenanzas. Estratégicamente trabajamos para eso y vemos qué hay que reforzar.
-¿La pandemia incrementó los casos de violencia familiar?
-No puedo dar un número porque no lo sé, pero cuando tenés que trabajar a distancia cuando tenés que ver un chico por videollamada, se te complica. Las mediaciones por teléfono es algo dificilísimo, además no todo el mundo tiene los medios.
-¿Cómo se trabaja para detectar las alertas y evitar que un caso de violencia termine en una tragedia?
-Con la coordinación que hay. Tenemos un Ministerio Público que funciona, que tiene todo sistematizado y que puede saltar cuando vienen a denunciar. La detección en los efectores públicos, como el Notti, es buenísima. Ante medio indicio inmediatamente se le da aviso a la parte Penal o a Familia. Acá en Mendoza, todo el sistema del Ministerio de Salud y el ETI está bien hecho. En general, el sistema está bien aceitado y tenemos que estar de acuerdo y trabajar en conjunto. ¿Nos podemos equivocar? Sí. En lo Penal hay miles de denuncias, se puede escapar una, pero el mismo sistema ayuda a que no pase, al cruzar los datos.
-¿Qué diagnóstico tiene del sistema de adopción en Mendoza?
-En el Registro de Adopción teníamos como grave problema que no teníamos las delegaciones departamentales. Ahora hemos puesto una psicóloga y una abogada y toda la gente tiene un acceso fluido y los jueces también. Son pocos los psicólogos y asistentes sociales que tenemos para poder cubrir toda la demanda que hay.
-¿Cómo se pueden acortar los plazos entre que un niño entra en estado de adoptabilidad y hasta que es adoptado?
-Creo que con mejor organización y ahí sí con más gente. Cuando pido más gente, es porque no hay otra. Hay muy poco equipo de profesionales. Creo que lo ideal es que haya un abogado, un psicólogo y un asistente social en el Este, otros en el Valle de Uco, más los que tenemos en el Gran Mendoza y el Sur.