Entusiasmados por el impulso que le dio la vicepresidenta Cristina Kirchner al debate de un “ingreso universal básico” en su discurso en Ensenada, dirigentes y diputados de movimientos sociales elevan la presión ante la flamante ministra de Economía, Silvina Batakis, para avanzar con esa medida.
“Querida Silvina Batakis, te banco fuerte pero no te felicito; eso de andar felicitando designaciones no me cabe; me reservo las felicitaciones para cuando implementes el salario básico universal. ¡Cazá la birome y no te demores por favor!”, fue el mensaje del líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), Juan Grabois.
El “salario básico universal” es una medida que el kirchnerismo empezó a mirar con buenos ojos. La impulsan el Frente Patria Grande de Grabois, el Movimiento Evita, Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa a través de sus representantes en la Cámara de Diputados, que presentaron el proyecto el 10 de mayo.
Durante su discurso del sábado -que se vio opacado por el anuncio de la salida del ministro Martín Guzmán-, Cristina pidió “empezar a discutir la necesidad de un ingreso universal básico” que sea administrado por el Estado y “no dependa del favor de nadie”, tal como sucede con la Asignación Universal por Hijo (AUH).
La titular del Senado comentó que habló “mucho” del tema con Grabois y alentó el debate en una señal de reconciliación hacia los movimientos sociales, a los que había cuestionado en el acto anterior en Avellaneda por “tercerizar” la ayuda social.
“Es necesario reasignar los recursos más inteligentemente y que puedan llegar. Si hay 7 millones de trabajadores informales en Argentina, ¿por qué reciben solamente un ingreso extra 1.345.000 (trabajadores) y no los 7 millones? Esta es la pregunta que nadie me puede responder”, expresó la vicepresidenta.
Ahora, las agrupaciones sociales se preparan para lanzar una campaña e instalar el tema en las calles. “Se está trabajando para militarlo públicamente, no necesariamente para que se empiece a debatir en Diputados, sino para que se avance. Puede ser que se empiece a discutir en el Congreso o también que salga por decreto”, indicaron desde el Frente Patria Grande.
El referente de ese espacio en Diputados, Itai Hagman, explicó que “en Argentina hay millones de personas que se rompen el lomo laburando diariamente. Sin embargo, no todas tienen un empleo formal con un ingreso estable que les garantice condiciones mínimas de vida. Se estima que ese universo ronda los 7,5 millones de personas”.
“Un salario básico universal equivalente a la Canasta Básica Alimentaria individual es condición necesaria para un mejor mercado de trabajo. Es casi imposible formarse o insertarse laboralmente desde la indigencia, sin condiciones mínimas de vida garantizadas”, fundamentó el economista.
El proyecto de ley apunta a garantizar un piso de ingresos para más de 7 millones de desocupados y trabajadores de bajos ingresos. Se trata de una prestación mensual no contributiva equivalente al valor de la Canasta Básica Alimentaria por adulto, que en mayo se ubicaba en 14.400,84 pesos.
Los desocupados, trabajadores informales e independientes y el personal de casas particulares cobrarían la totalidad del beneficio, mientras que los monotributistas categoría A -la más baja- y los asalariados registrados cuyos ingresos brutos no superen el límite de la misma percibirían la mitad.
Proyecto de Juntos por el Cambio
En marzo de 2020, un diputado de Juntos por el Cambio también presentó un proyecto de “ingreso básico universal de emergencia”. Se trata de Alejandro Cacace (Evolución Radical), el mismo que propuso dolarizar la economía.
Cacace no logró consensos internos para proponer una medida permanente y por eso la acotó a lo que durara la pandemia. La propuesta abarcaba a todas las personas mayores de 18 años con un mínimo de un año de residencia en el país, excepto asalariados registrados, jubilados, pensionados y personas privadas de la libertad.
El diputado sugería que el monto fuera del 50% del valor de la Canasta Básica Alimentaria, es decir la mitad de lo que proponen los movimientos sociales.
“Todos los programas y planes sociales debemos consolidarlos en un solo ingreso básico universal que proteja a cada argentino contra el hambre, administrado por la ANSES y transferido directamente a los beneficiarios”, sostuvo Cacace a este medio.