Ante cada nueva elección de gobernador, en la arena política mendocina reflota una vieja herida para la economía mendocina: la caída de los bancos estatales provinciales. También renace el debate respecto de la creación o no de una nueva entidad.
El cierre se produjo cuando el gobierno peronista de Rodolfo Gabrielli decidió iniciar la privatización del Banco Mendoza, que a su vez debía fusionarse con el Banco de Previsión Social de la provincia. Ambos, adquiridos por Raúl Moneta, esto es 1996.
En 1998 el Banco Central de la República Argentina decidió el cierre de ambos bancos que había adquirido Moneta por una serie de irregularidades en la que comenzó una verdadera batalla judicial que tuvo varios problemas, entre ellas una corrida de depósitos.
Quiénes están a favor de la creación de un Banco estatal en Mendoza.
Alfredo Cornejo, el candidato a gobernador por Cambia Mendoza es uno de ellos. Está favor de un banco chico pero tecnológico, Pero dice que no sirve de nada un banco estatal si la macroeconomía no está ordenada.
Dijo que la época de los 90 es algo de lo que ya podemos ir aprendiendo y quizás “olvidando” porque tenemos la capacidad humana y tecnológica para desarrollar un banco financiero en Mendoza, “hoy hay otra legislación y posibilidades de hacerlo”.
También remarcó la importancia de tenerlo y cuáles podrían ser sus funciones: asistir al financiamiento de empresas mendocinas; subsidiar tasas para viviendas, para la producción, para las empresas. Aunque siempre rápido dice que “necesitamos una macroeconomía ordenada ya que de otra manera no es conveniente la creación de un banco en estas condiciones como las que tiene el país en la actualidad”.
Lo que resaltan es que no puede ser un banco 100% digital como piensan otras fuerzas, porque no hay conectividad suficiente en nuestro país y porque todavía la gente no está absolutamente adaptada a eso.
El Partido Verde, con su representante Mario Vadillo, entregó un proyecto de ley para crear el Banco de la Provincia de Mendoza (SAPEM) como sociedad anónima con participación estatal.
Buscan la creación de un banco estatal con una participación mayoritaria del gobierno, es decir, un 51% de acciones en manos del gobierno.
“Un banco público provincial otorga la capacidad de hacer uso de los fondos públicos provinciales, sin tener que obrar a través del Banco Nación Argentina o terceros permitiendo el manejo del ahorro público en una forma más eficaz y aprovechando los beneficios de realizar dichas operaciones en una banca propia”, dijo Vadillo
El candidato a gobernador resalta que para el presupuesto del año 2023 se dispusieron 151 millones sumados a los disponible en el fondo de transformación y crecimiento con un total de 2.700 millones de pesos en préstamos, esto quiere decir que contamos con suficiente solvencia para operar un banco provincial.
Indecisos
Uno de los candidatos a gobernador, que no suelta tan fácil el “no” y tampoco se arriesga por el “sí”, es Omar de Marchi. Que, en diálogo con Los Andes, contó que es muy difícil crear una entidad de tales características y que, con su funcionamiento, no termine ayudando a los amigos del gobierno de turno.
Además, el candidato de La Unión Mendocina comentó que: “Montar toda la estructura para que un banco funcione puede costar muy caro. Montar toda esa infraestructura nuevamente, para ver qué se hace, creo que debería ser algo para pensarlo con mayor detenimiento”.
Aunque no descartó por completo la posibilidad y dijo que si la provincia quiere hacerlo, o el próximo gobierno, debería convocar a los privados para subsidiar tasas. Aunque volvió a reforzar que “No creo que crear un banco como salida mágica sea el camino”
El otro indeciso se podría decir que es el candidato del PJ, Omar Parisi, que argumenta que hacía dentro del peronismo “es un debate saldado, ya que la posición institucional del pejotismo es que se: “Debe crear un “banco de segundo piso” para poder unificar las herramientas financieras que tiene la provincia. Aunque este tipo de bancos no funcione directamente con el cliente como el resto de los bancos lo que hace es únicamente servir como nexo, capitalizarlandose y poniéndo las herramientas al servicio de los sectores productivos a través de la creación de un sistema armónico con las entidades bancarias existentes”.
En este caso cuando alguien quiere financiarse para un proyecto y tomar un crédito, debe solicitarlo a la entidad financiera que va a ser quien coloque el dinero, y entonces el “banco de segundo piso” le entrega los recursos a la entidad financiera, que a su vez se lo entrega al que pidió el crédito.
“Lo que sí creemos, reitero, es que debemos unificar las herramientas que ya tenemos para financiamiento de la producción, como son el Fondo de Transformación, el caso de Cuyo Aval”, y afirma que lo que se debe hacer es lograr una mayor eficacia a los instrumentos con lo que ya se cuenta y mejorar todo el sistema de financiamiento para la producción local.
Desde el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) recuerdan el último caso del Banco Provincial que “le costó más de U$S 250.000 millones durante más de 20 años”. Y también se refirieron al mal funcionamiento de el Banco Central pero Nacional que según comentan “tampoco protege los capitales públicos de la provincia”, citan el ejemplo de que “la gestión provincial fugó a bancos norteamericanos dólares correspondientes a los fondos de Portezuelo Del Viento”.
Lo que proponen: “Desde el FIT abogamos una medida opuesta, nacionalizar el sistema bancario para terminar con la fuga de capitales, proteger los ahorros de los argentinos y capitalizar el crédito nacional para que las familias trabajadoras puedas acceder a préstamos baratos para acceder a la vivienda propia, pequeños comercios y actividades productivas, etc.