En tiempos en donde todo se polariza hay dos intendentes que se desmarcan de esto aún perteneciendo a espacios políticos enfrentados. Por el lado del radicalismo, Ulpiano Suárez (50) tiene un perfil componedor con la oposición; mientras que desde el peronismo es Matías Stevanato (39) quien emerge como la opción dialoguista de su partido.
La Ciudad de Mendoza y Maipú son dos departamentos importantes dentro del Gran Mendoza. Ambos vienen siendo gobernados por los mismos colores políticos desde 1983. La capital provincial es el bastión de la UCR y el peronismo ha hecho lo propio en tierras maipucinas.
Desde esas cunas han surgido dirigentes provinciales destacados (Fayad y Rodolfo Suárez de un lado, los hermanos Bermejo del otro), pero en estas épocas de grieta, Ulpiano y Stevanato resaltan por su estilo moderado a la hora de comunicar y gestionar sus comunas.
“Soy un creyente del diálogo. No me atraen las grietas, me gustan los puentes. A pesar de las diferencias, siempre podemos sentarnos a una mesa y encontrar soluciones”, dice el intendente de Maipú. “Con la grieta pierde la gente, de un lado u otro no se puede avanzar y eso afecta la calidad de vida de la gente”, coincide el de Capital.
“Yayo” Suárez traslada la impronta de su apellido, ya que como el Gobernador se caracteriza por no vociferar ni exacerbarse, hablando siempre del “diálogo”. Por su parte, “Mati” (el diminutivo menos difundido del maipucino) surfea entre los dos sectores internos que conviven dentro del Partido Justicialista: el peronismo tradicional de donde viene él y el kirchnerismo. Y evita subirse a las polémicas como otros “compañeros”, siempre con mesura en sus declaraciones.
Pandemia y acuerdos
La gestión de la pandemia ha aceitado la convivencia entre los intendentes del Gran Mendoza, donde Stevanato es el único opositor al Gobierno provincial. Lo que podría ser una desventaja, para él supone un desafío. “¡Comparto límites con seis intendentes! Estoy casi obligado a ser un dirigente con vocación de diálogo”, dice.
En los primeros tiempos de la pandemia, a Stevanato lo llamaban “el Rodríguez Larreta de Suárez”, comparando su actitud dialoguista con la del jefe de gobierno porteño ante el presidente Alberto Fernández. Hoy, como en el binomio nacional, la cercanía no es tanta, pero nunca la opción del maipucino es la ruptura. “Con el Gobernador se profundizan algunas diferencias, por eso los esfuerzos para encontrar soluciones consensuadas son mayores”, asegura.
Ahí Ulpiano Suárez aporta terreno abonado para sus intenciones: “El punto en común está en que somos nuevos intendentes que, a meses de comenzar nuestra gestión, nos enfrentamos a una pandemia. Entendimos que había que trabajar de manera coordinada en el Gran Mendoza y con el gobierno provincial”.
Un ejemplo de sinergia se dio días atrás, cuando desde Capital se convocó a otros municipios para acordar horarios de comercio y desde el único municipio peronista del Gran Mendoza aceptaron rápido el convite. También Ciudad puso a disposición instalaciones para la vacunación de vecinos y vecinas de Maipú.
“El área metropolitana necesita mucho más de coincidencias y trabajo en conjunto que peleas o polémicas. Aún con las diferencias conceptuales y políticas que tengo con los otros intendentes, podemos encontrar dinámicas y acuerdos que favorezcan a los mendocinos”, dice el actual vicepresidente 1° del PJ provincial.
Parecidos pero diferentes
Decir que sus orígenes políticos son opuestos es una obviedad, pero también lo es su formación dirigencial. Stevanato viene de la militancia universitaria en la Juventud Peronista, mientras que Suárez es un ignoto para la Franja Morada, porque estudió Derecho en la Universidad de Mendoza.
El sucesor de Alejandro Bermejo en la intendencia maipucina tiene una nutrida trayectoria política pese a su juventud. Antes de cumplir 30 años fue secretario privado del ex gobernador Celso Jaque; después fue senador provincial entre 2011 y 2015, para llegar a la Municipalidad de Maipú como Jefe de Gabinete de Alejandro Bermejo entre 2018 y 2019.
Por el lado de Ulpiano, que proviene de una familia históricamente ligada al radicalismo, fue Apoderado Legal de la comuna capitalina desde el 2001 hasta el 2015, cuando se cruzó a la Casa de Gobierno convocado por Alfredo Cornejo para ser su subsecretario de Gestión y Modernización del Estado.
Stevanato dice con su par de Capital tiene “muchas diferencias”, pero rescata coincidencias como el hecho de ver “una sociedad reclamando madurez, más allá de cualquier pertenencia política”.
“Dudo de que la voluntad de diálogo y búsqueda de consensos para superar la grieta pueda sostenerla en el tiempo -replica Ulpiano-. Stevanato forma parte de un proyecto nacional, de un espacio político que durante los últimos años le ha hecho daño a Mendoza. Yo soy parte de todo lo contrario. La diferencia está en los orígenes y en cómo transitamos estos tiempos cada uno”.
Y pese al perfil anti grieta que cultiva, el intendente de Capital no evita remarca esas diferencias con su par peronista al hablar del pasado. “Él está sentado en la misma mesa en la que se sientan Paco Pérez, Jaque y dirigentes kirchneristas que hoy manejan el PJ y que son los creadores de la grieta más dañina de nuestra historia”, dispara.
“Mi espacio es el de Alfonsín, de Llaver, del Viti, de Cornejo, del Rody. Un espacio que defiende a Mendoza con buenas gestiones. Hay una clara diferencia”, completa.