Natacha Eisenchlas hará historia en el radicalismo provincial. La senadora asumirá en la Presidencia Provisional del Senado el 1° de mayo y se convertirá en la primera mujer del partido fundado por Leandro N. Alem que llega a ese cargo desde el retorno de la democracia. No será la primera mujer, porque ese lugar ya lo ocupó una peronista; la senadora Miriam Gallardo.
“Será ella”, indicó una fuente calificada del Senado a Los Andes confirmando a la ex secretaria de Gobierno de la Ciudad de Mendoza durante la gestión de Rodolfo Suárez en la intendencia. De esta manera, el suarismo tendrá a una persona de máxima confianza del Gobernador en el sillón que actualmente ocupa Juan Carlos Jaliff y que dejará el 30 de abril.
Los movimientos en la Legislatura empiezan a vislumbrarse y lo que eran rumores, toman forma de hechos concretos. El nombre de Natacha Eisenchlas viene sonando desde hace tiempo para ocupar un cargo de poder en la Cámara de Senadores. Dos años atrás estuvo cerca de presidir el bloque de la Unión Cívica Radical (UCR), algo que finalmente quedó en la figura de Alejandro Diumejo.
Tal como adelantó Los Andes el domingo 13 de marzo, la presidencia del bloque radical la ejercerá Martín Kerchner, el ex ministro de Economía, Infraestructura y Energía en la era de Alfredo Cornejo. Las versiones decían que si un cornejista asumía en el bloque, alguien del suarismo ocuparía la Presidencia Provisional del Senado. Si bien se afirma que no hay sectores internos, hay afinidades.
Consultada por Los Andes, Eisenchlas evitó las declaraciones pero sí reconoció estar al tanto de los rumores. Formalmente, claro, no hay definiciones y eso explica el por qué de su bajo perfil en este aspecto.
Adentro del oficialismo no hay cuestionamientos sobre la senadora provincial que asumió hace dos años. Se le reconoce capacidad profesional y militancia en las seis comisiones que integra. Dicen que traslada a ese terreno su forma de trabajo en la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza.
Desde la Franja Morada hasta el radicalismo de Capital
Eisenchlas es una militante radical desde su adolescencia. Estudió Ciencias Políticas y Administración Pública en la Universidad Nacional de Cuyo; allí militó en la Franja Morada.
Su codeo con la política “mayor” arrancó en los ‘90 con Raúl Vicchi en su etapa de diputado nacional, de quién fue su jefa de prensa. En la intendencia del dirigente radical desempeñó la misma tarea, y fue directora de comunicación de la Cámara de Diputados, también con Vicchi en la presidencia.
También trabajó en la campaña de Víctor Fayad en busca de la reelección como diputado nacional en 1997, elección que terminó ganando Carlos Balter (PD). Luego llegaría a la gestión en la era Cobos, al Ministerio de Seguridad que conducía en ese entonces Miguel Bondino para ser Directora de Participación Comunitaria.
El vínculo con la Capital, en su carrera política, se hizo fuerte en el 2011 cuando fue electa concejal, año en el que Fayad lograba la reelección en la intendencia.
Ya con Rodolfo Suárez en la intendencia, Natacha Eisenchlas se transformó en la Secretaria de Gobierno hasta el 2019 y encabezó acciones clave que marcaron la gestión del actual mandatario. Una de ellas fue la reinserción de cuidacoches. Además, otras áreas que estaban bajo su órbita le permitieron desplegar la militancia barrial y en los territorios.
“Es una laburante”, definen quienes la frecuentan en la Legislatura y recuerdan su trayectoria.
La legisladora ha defendido proyectos y a la gestión sin tapujos, tanto en el recinto como en las redes sociales y cada vez que la consultan. Algunos se preguntan cómo hará su reemplazo a Abed, cuando le toque, en donde deberá oficiar de moderadora sin posibilidad de responderle a la oposición.
Ella por ahora elige que las cosas transcurran y cuando llegue la confirmación oficial, seguramente develará el interrogante. Respetada y valorada por sus pares, Natacha Eisenchlas se encamina a hacer historia para las mujeres radicales.
Y también “es un mensaje para los machirulos”, como dijo un dirigente sobre el exceso de hombres en los lugares de poder.
