El Estado mendocino consiguió deshacerse definitivamente de la pesadilla financiera de los créditos UVA este martes. La firma del contrato para la refinanciación de su deuda con el Banco Nación, que se calculaba a través de Unidades de Valor Adquisitivo (UVA), clausuró una sangría diaria y millonaria, que solamente en los últimos tres meses incrementó lo que hay que pagarle a la entidad nacional en más de 2.600 millones de pesos.
Esos 2.600 millones representan alrededor del 15% más de lo que Mendoza le debía a su agente financiero hasta hace poco: el 1 de febrero pasado. Aquel día, según consigna el decreto 258 del Gobierno provincial, la negociación ya estaba encaminada, ya que desde el Banco Nación “se dio respuesta a la solicitud formulada detallando a través de la misma las condiciones financieras para el otorgamiento de la refinanciación respectiva, siendo éstas coincidentes con las requeridas por la Provincia”.
Había acuerdo el 1 de febrero, según el decreto, pero el círculo se cerró recién el 3 de mayo, cuando todos (el Gobierno provincial y las autoridades del Nación) le pusieron el “gancho” a la refinanciación pactada, que dejaba atrás el cálculo de intereses anterior. No pasó demasiado tiempo entre una cosa y otra, pero debido al ritmo imparable de los UVA, el lapso trascurrido impactó considerablemente en el volumen de la deuda provincial.
Las UVAs cotizaban, de acuerdo con el registro diario que brinda el Banco Central, a 100.68 pesos cada una el 1 de febrero. El martes, en cambio, ya costaban 115.69 pesos por unidad. En consecuencia, el valor del crédito se incrementó en la misma proporción.
CULPA DE “LA FALTA DE CRECIMIENTO”
Mendoza había fijado el contrato de refinanciación con el Banco Nación a través del sistema UVA en 2018, en un gobierno del mismo color político que el actual y casi con los mismos actores a cargo de la gestión, salvo Lisandro Nieri, quien dejó la conducción del Ministerio de Hacienda para asumir como diputado nacional.
Se sabe, desde hace tiempo, que este mecanismo de actualización es un calvario para cualquier ahorrista, ya que el interés impacta en su bolsillo más que la propia inflación. Y el Estado mendocino no fue excepción, más allá de que en el Poder Ejecutivo señalen que las UVAs no fueron el verdadero problema del incremento de la deuda.
“Inflación vamos a tener siempre o por varios años más”, señalan en el Gobierno provincial, y aducen que el inconveniente de haber asumido el compromiso de pagar las deudas en UVAs no ha sido el factor inflacionario, sino la falta de crecimiento económico en los últimos años. “Se recauda sobre el crecimiento de la economía en términos nominales y, por más oneroso que sea el crédito, siempre se puede pagar, ya que si hay crecimiento no incomoda”, afirmó en este sentido el ministro de Hacienda Víctor Fayad.
EL ALIVIO Y LA NUEVA TASA
Nada quita que en el Poder Ejecutivo provincial hayan sentido un real alivio esta semana al dejar atrás el anterior sistema de intereses que habían pactado hace cuatro años. El martes se cortó finalmente la secuencia de aumentos, ya que la deuda de la Provincia, fijada en un total de 177.383.526,03 UVAs, se convirtió a pesos, al valor de la UVA ese mismo día.
En números concretos hay que decir que era de 17.859 millones de pesos la deuda total el 1 de febrero, cuando empezó a haber acuerdo entre la Provincia y el Banco Nación por la refinanciación pero seguían reinando las UVAs, y quedó congelada finalmente en más de 20.521 millones de pesos a comienzos de esta semana, cuando desapareció el cálculo de intereses anterior.
“Se sacó la foto de las UVA el 3 de mayo y se pesificó”, confirmó el ministro Fayad. Y resaltó el nuevo mecanismo de ajuste, el cual, según el funcionario, tiene varias virtudes respecto del que se abandonó.
La cuenta final del Gobierno provincial indica que habrá que pagar en intereses cerca de ocho puntos menos que en el sistema anterior.
Básicamente la Provincia pagará de ahora en adelante los intereses equivalentes a “la tasa Badlar más el tres por ciento fijo”. La tasa Badlar es un promedio de lo que rinden los plazos fijos de más de 1 millón de pesos en nuestro país.
Un primer beneficio es que las tasas de los plazos fijos tradicionales están por debajo de los valores de la inflación. Según explicó Fayad, en cambio, Mendoza pagaba por el sistema UVA “inflación más cinco puntos”.
Los primeros meses serán, además, los más aliviados de la operatoria. Habrá medio año de gracia, lo que no significa que no haya que pagar nada: durante ese periodo se afrontará solamente el pago de intereses por lo adeudado.
En cambio, a partir del séptimo mes, a la tasa habrá que sumarle las amortizaciones de capital, cuyo pago se extenderá a lo largo de 60 meses.
También se establece en el decreto 258 que las garantías del empréstito serán la “cesión de los recursos provenientes del Régimen de Coparticipación Federal de Impuestos y recursos propios de la recaudación de la Provincia”.