El presidente Alberto Fernández le pidió la renuncia al ministro de Salud, Ginés González García, luego de que este viernes estallara el escándalo de la “Vacunatorio VIP”, donde se supo que funcionarios, familiares, militantes y amigos del gobierno recibieron dosis de la vacuna Sputnik V sin ser personal esencial.
La polémica estalló con la confesión del periodista Horacio Verbitsky, que contó que llamó a Ginés González García y se vacunó contra el Covid en el Ministerio de Salud. Pero no fue el único.
Tras la confesión de Verbitsky, el diputado nacional oficialista Eduardo Valdés también admitió que recibió la vacuna en el Ministerio de Salud, pero se justificó alegando que sería parte de la comitiva presidencial que viajará a México el fin de semana en visita oficial.
“Viajo a la Ciudad de México, pero no voy en viaje de placer, sino en viaje oficial en el que se presupone que no me quiero contagiar ni contagiar a otros’', dijo el diputado en declaraciones a Radio Con Vos. Sin embargo, trascendió que tanto Valdés como el senador Jorge Taiana, quien también recibió la vacuna, fueron apartados de la comitiva oficial. También recibió una vacuna el ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Felipe Solá, aunque este no la recibió en la sede del ministerio sino en el hospital Posadas.
También trascendió que entre los vacunados estuvieron Hugo Moyano, su esposa Liliana Zulet y su hijo menor Jerónimo, que tiene 20 años y vive con ellos bajo el mismo techo.
El diario La Nación también informó que otro de los beneficiados fue Lisandro Bonelli, sobrino de Ginés González García, quien se desempeña como jefe de gabinete en la cartera sanitaria. A pesar del cargo, Bonelli tiene 44 años y se inoculó con las dosis de Sputnik V que llegaron a la Argentina en el primer vuelo de Moscú. .
Sus casos no fueron aislados, ya que en los últimos días trascendió que intendentes, legisladores, militantes K y otros allegados al poder político en distintas provincias recibieron la vacuna pese a no estar dentro del grupo prioritario conformado por médicos, personal de la salud y adultos mayores pertenecientes a grupos de riesgo.
En la provincia de Buenos Aires hubo varias denuncias de acomodos donde fueron vacunados militantes oficialistas. Uno de los casos se dio en la localidad bonaerense de Chivilcoy, donde recibieron dosis de Sputnik V un grupo de jóvenes que no pertenecen a grupos de riesgo ni al sistema de salud local.
Otro caso similar ocurrió en otro distrito bonaerense, donde acusaron al intendente de Hipólito Yrigoyen por la vacunación de unos 100 militantes K.
Falta de vacunas
Este escándalo se suma a las duras críticas al gobierno por el lento operativo de vacunación. Hasta el momento Argentina recibió cerca de 1,5 millones de dosis, en su mayoría Sputnik V pero también de AstraZeneca provenientes de la India, aunque todas insuficientes para inmunizar a la población.
Críticas desde la oposición
“Las vacunas se compran con el esfuerzo de todos los argentinos que pagan sus impuestos y el Ministro de Salud las reparte como si fueran de su propiedad’', apuntó Patricia Bullrich, presidenta del Pro. “Es una vergüenza nacional que las vacunas sean para los amigos del poder como Verbistky’'.