El jefe sindical de Corrientes, Gonzalo Rubiola, dio un bochornoso discurso de odio en el cual incitó a “acomodarle los dientes” al fiscal Diego Luciani por haber solicitado la condena de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, en el marco del juicio en supuesta corrupción en la obra pública durante su gestión presidencial.
El hecho sucedió durante un acto en la capital correntina para defender a la expresidenta, allí, el secretario general de la CTA de la provincia emitió un mensaje intimidante hacia Luciani.
Rubiola, quien también es profesor de historia y yerno del histórico gremialista estatal correntino Feliciano Romero, fue uno de los oradores centrales y allí se mostró totalmente desencajado contra el pedido de condena de 12 años de prisión contra la Vicepresidenta.
Sin vueltas, enfatizó que “Cristina es la conductora del modelo nacional y popular” y le advirtió a todos los sectores del Frente de Todos que “no es momento para tibios”.
El dirigente, que fue electo el pasado 11 de agosto como secretario general de la delegación correntina de la CTA que a nivel nacional conduce el titular de ATE, Hugo “Cachorro” Godoy y asumirá el cargo en un par de semanas, aseguró en su encendido discurso que “cuando vienen por Cristina y se la toca, tocan a todos”. Y sostuvo que los correntinos, para ser leales “no podemos dejar de lado esto”, en referencia a la acusación de los fiscales Luciani y Sergio Mola.
Envalentonado por los aplausos, Rubiola, que es profesor de historia en un barrio periférico de Corrientes Capital, lanzó la polémica frase: “Perdón por lo que voy a decir, pero si el dentista del fiscal no le acomodó los dientes, se los vamos a tener que acomodar nosotros, carajo”, bramó.
Rubiola no es un sindicalista cualquiera. En las últimas elecciones legislativas ocupó el tercer lugar en la lista de candidatos a senadores provinciales del Frente de Todos, aunque no logró obtener un escaño.
Este jueves, el sindicalista intentó bajar el tono a sus dichos. “Lo dije en sentido figurado”, lanzó, y se justificó al señalar que “fue una expresión que surgió al calor del acto”.
En diálogo telefónico con Clarín, negó ser un hombre violento. “A veces se dicen cosas que uno no las haría en la vida cotidiana”, se atajó. Y ensayó un tibio pedido de disculpas: “si alguien se sintió molesto o herido por lo que dije, le pido perdón”, agregó.
Rubiola, de 33 años, desembarcó en el sindicalismo hace casi una década y fue creciendo de la mano de su suegro, Feliciano Romero. Hace dos semanas fue electo secretario general de la CTA Corrientes y el padre de su esposa integró la lista como secretario previsional de la central.
