El precio de la energía siempre es un dolor de cabeza a la hora de hacer las cuentas de los impuestos de fin de mes. Por eso se suele buscar la manera de ahorrar.
En lo relativo al desarrollo de sistemas que permitan refrigerar viviendas o alimentos, este tipo de soluciones suponen el encuentro de materiales tradicionales con el diseño más innovador, como demuestra una revolucionaria heladera que mantiene todo frío sin electricidad
“En mi papel de diseñadora, cuestiono el proceso de fabricación, la elección de materiales y la funcionalidad en el diseño de objetos que utilizamos en nuestra vida cotidiana”, señala Lea Lorenz, la ideóloga de este proyecto.
En el caso de Tony, la propuesta no puede ser más sencilla e ingeniosa. Para evitar el desperdicio de frutas y verduras, que se deterioran con el calor, se pensó en la necesidad de crear una nevera pasiva, capaz de enfriar los alimentos a través de la refrigeración evaporativa sin consumir energía.
Para ello, la diseñadora alemana probó distintas mezclas de arcilla, ya que su invento es una reinterpretación de los enfriadores de barro usados en países africanos y asiáticos. Para ponerlos a prueba, elaboró decenas de prototipos, cambiando las proporciones y los materiales hasta dar con la clave.
La mezcla de arcilla porosa y arena elaborada con la técnica tradicional japonesa raku (cocerla a una temperatura inferior a los 1.000 ºC) demostró ser la que ofrecía resultados óptimos.
Cómo funciona Tony, la heladera del futuro
El funcionamiento de Tony es muy básico. Cada uno de los módulos, disponibles en tres tamaños diferentes y apilables unos sobre otros, cuenta con su propio depósito de agua y una tapa.
Se echa una pequeña cantidad de agua en el depósito y la arcilla raku se encarga de absorberla en poco tiempo. Al evaporarse en las paredes del depósito donde se encuentra la comida, el interior se enfría hasta conseguir una temperatura entre los 13 y los 17 ºC.
Si bien no es la temperatura ideal para conservar alimentos como la carne o el pescado frescos, sí la es de las fruta, la verdura y algunos productos de panadería, que en muchas ocasiones pierden su sabor y sus propiedades al meterlos al freezer.
Otra de las ventajas de Tony es su funcionamiento modular y autónomo. Cada uno de los elementos se puede utilizar por separado para situarlos en distintos lugares de la cocina y, sobre todo, la independencia de cualquier enchufe, ya que no necesita alimentación eléctrica.