Un reciente hallazgo en Egipto ha sorprendido a la comunidad científica y ha arrojado luz sobre la antigua medicina.
Investigadores han descubierto un cráneo en Saqqara que sugiere que los antiguos egipcios ya intentaban comprender y tratar el cáncer hace más de 4.000 años.
Esta increíble revelación podría cambiar nuestra visión sobre el conocimiento médico de las civilizaciones antiguas. El cráneo pertenece a un varón que, al momento de su muerte, tenía entre 30 y 35 años.
A través de un análisis detallado, los científicos encontraron marcas de corte alrededor de una lesión significativa que se cree que fue provocada por un tumor canceroso.
Estas marcas, probablemente realizadas con un objeto afilado, sugieren que se intentó operar el tumor.
Tatiana Tondini, investigadora de la Universidad de Tubinga, expresó: “La primera vez que observamos las marcas de corte al microscopio, no podíamos creer lo que teníamos ante nosotros”.
Además, el equipo de investigadores identificó 30 lesiones más pequeñas en el cráneo, lo que indica la posible metástasis del cáncer.
Según el profesor Edgard Camaros, paleopatólogo de la Universidad de Santiago de Compostela, hay dos teorías sobre el origen de estas marcas: podrían ser parte de una intervención quirúrgica para tratar el tumor o bien de una autopsia médica destinada a entender mejor la enfermedad.
Camaros señala: “Ambas posibilidades revelan una intervención quirúrgica íntimamente relacionada con los tumores, y es asombroso”.
Más detalles de este impactante hallazgo en Egipto
El estudio, que se publicó en Frontiers in Medicine, sugiere que, aunque el cáncer suele ser visto como una enfermedad moderna vinculada a factores ambientales, como la contaminación y la dieta, ya afectaba a las civilizaciones antiguas.
Camaros añadió: “Es cierto que el cáncer se percibe como una enfermedad moderna, pero en muchos sentidos, el cáncer ha estado con nosotros desde el principio. Incluso los dinosaurios padecían cáncer”.
Los antiguos egipcios eran conocidos por sus habilidades en medicina, y se cree que tenían conocimientos avanzados en anatomía y cirugía.
No solo podían tratar heridas y fracturas, sino que también se les atribuía la capacidad de realizar empastes dentales.
Sin embargo, el cáncer era un tema que seguía siendo un desafío en su conocimiento médico.
Los investigadores también analizaron otro cráneo de más de 2.000 años de antigüedad perteneciente a una mujer, que mostró características similares de un tumor canceroso.
Camaros destacó: “Al analizar a nivel interno las estructuras óseas con una microtomografía computarizada, encontramos rasgos cancerosos muy claros”.
Este hallazgo abre nuevas líneas de investigación sobre cómo las sociedades antiguas trataban el cáncer.
Camaros concluyó: “Nuestro objetivo es completar la biografía del cáncer desde el principio de la historia de la humanidad”