Celeste Barber es la actriz australiana de 39 años que se anima a parodiar o “destrozar” las fotos de los famosos desde el humor. La artista tiene más de 8 millones de seguidores en Instagram, donde comparte todo el contenido y es furor desde que comenzó con este tipo de contenido.
La australiana también es conocida por interpretar a Bree Matthews en la serie All Saints. Pero las redes sociales la hicieron aún más popular, por sus #celestechallengeaccepted, con los que decidió burlarse de las fotos y videos perfectos que muchos famosos comparten en sus perfiles.
La mujer muestra lo “difíciles” que son algunas de las poses imposibles que realizan las artistas, pero que nos acostumbramos a ver como normales.
Básicamente son realmente famosos quienes han aparecido en un episodio de Los Simpson, o han sido parodiados por Celeste Barber.
La humorista no solo se ríe de la “perfección” de las famosas que es casi imposible de alcanzar. Sino también envía un mensaje de reivindicación de la diversidad de los cuerpos, las formas, las edades y los talles.
Y en la misma línea, busca impulsar a través de las redes sociales la idea de normalizar las curvas, la variedad de peso y formas corporales, la celulitis, las cinturas llenas, los talles cortos, los brazos gruesos, etc.
En su ‘stand up comedy’, se burla del té detox, y dice que las dietas de reemplazo de comidas así como las píldoras para adelgazar “solo buscan hacer sentir a las mujeres que ellas deben lucir de cierta forma para sentirse de cierta forma”. Por eso no acepta canjes o publicitar este tipo de productos o marcas.
Celeste Barber, la humorista reconocida por parodiar a las estrellas
Kim Kardashian, Justin Bieber, Miley Cirus, Nicky Minaj, Rihanna y Beyoncé son algunos de los famosos internacionales parodiados por Barber en su Instagram.
Su trabajo en redes la llevó a ganar el premio a la Mujer más Divertida de Instagram en 2017, en 2019 estuvo entre las 10 mejores comediantes de la revista Variety y fue la presentadora de los LA Fashion Awards.
También fue editora invitada y portada de Vogue, y hasta participó en la campaña del diseñador Tom Ford en el New York Fashion Week sin tener medidas que la industria considere “perfectas”, para fortuna de todos.