Además de los perros, los gatos son los otros animales domésticos más elegidos por las personas. Quienes quieren a unos suelen no soportar a otros, pero esta vez el foco está puesto en los felinos.
Muchos especialistas aseguran que este tipo de animales son muy inteligentes, además de ser muy dependientes en su mayoría. La forma en que se mueven, hacen gestos o maullan quiere comunicar algo diferente y, luego de leer esta nota, sabrás identificarlo.
Esto podrá ayudar a que se mantenga una relación más estrecha y fácil de llevar con la mascota elegida para tener en la casa. A pesar de compartir mucho tiempo con ellos, algunas personas no logran entenderlos y la poca paciencia suele colmarlos y llevarlos a la decisión de darlos en adopción.
Numerosos cuidadores de gatos a menudo sostienen que estos felinos prácticamente hablan, y aunque no posean un lenguaje hablado en el sentido humano, se comunican de muchas maneras, incluyendo su lenguaje corporal.
La importancia de entender el maullido de los gatos
Los maullidos son una forma de expresión vocal que los gatos han desarrollado específicamente para comunicarse con los seres humanos. Los gatos tienden a maullar hacia las personas y no entre ellos. En sus interacciones felinas, suelen utilizar otras vocalizaciones como siseos, gruñidos o gemidos, pero no maullidos como lo hacen con nosotros.
Este comportamiento muestra cómo los gatos han adaptado su comunicación para interactuar con los humanos de una manera que pueda ser comprendida por nosotros.
Es cierto que cada gato puede desarrollar un lenguaje único con su tutor dentro del “idioma” general de los gatos. A medida que los tutores pasan tiempo con sus felinos, pueden aprender a reconocer las sutilezas en el comportamiento, el lenguaje corporal y las vocalizaciones de sus gatos.
Por un lado, un maullido corto y suave en un gato suele interpretarse como un saludo amigable. Es como si el gato estuviera expresando su alegría de verte o de estar cerca, de manera similar a cómo los humanos saludan con un “¡Hola!” o una expresión amistosa.
Por otro, un maullido más largo o pronunciado, a menudo, puede indicar una demanda o un reclamo. Por ejemplo, pueden estar buscando atención, solicitando comida, o incluso pidiendo ser liberados si se han quedado encerrados en algún lugar.