Preparar galletitas de manteca en casa es una de las maneras más simples y placenteras de disfrutar de un dulce casero.
Con ingredientes básicos y un paso a paso sencillo, podés crear unas galletitas suaves y sabrosas que te harán recordar los sabores de la infancia. Aquí te mostramos cómo hacerlas para disfrutar en cualquier momento.
Ingredientes necesarios
- 300 g de harina común.
- 200 g de manteca a temperatura ambiente.
- 100 g de azúcar.
Paso a paso para hacer galletitas de manteca
- Preparar la crema base: En un recipiente grande, colocá la manteca en punto pomada (es decir, blanda, pero no derretida) y el azúcar. Con la ayuda de una cuchara, mezclá ambos ingredientes hasta obtener una crema suave y homogénea.
- Incorporar la harina: Agregá la harina de a poco a la mezcla anterior, integrándola suavemente con una espátula o tus manos. Continuá mezclando hasta que la harina se integre por completo y se forme una masa uniforme.
- Amasar y refrigerar: Llevá la masa a una superficie lisa y amásala durante un par de minutos hasta formar una bola unificada. Envolvé la masa en papel film o colocala en una bolsa y llevá a la heladera por al menos 30 minutos. Este paso es clave para que la masa tome consistencia y sea más fácil de trabajar.
- Formar las galletitas: Pasados los 30 minutos, sacá la masa de la heladera y estirala con un palo de amasar hasta obtener un grosor de aproximadamente 1 cm. Usá cortadores de galletitas de la forma que más te guste o simplemente cortá círculos con la ayuda de un vaso. Una vez listas, volvélas a llevar a la heladera mientras precalentás el horno.
- Hornear: Precalentá el horno a 180 °C. Colocá las galletitas frías en una bandeja para horno, asegurándote de dejar un pequeño espacio entre cada una. Horneá por aproximadamente 20 minutos, o hasta que los bordes se vean levemente dorados. Evitá que se cocinen demasiado para que mantengan su textura suave y mantecosa.
- Enfriar y disfrutar: Retirá las galletitas del horno y dejalas enfriar sobre una rejilla antes de servir. Este paso es esencial para que adquieran su textura final y no se desarmen al manipularlas.