Nada mejor que unas galletitas caseras para acompañar el mate y disfrutar de un momento especial. Estas galletitas de miel son ideales: suaves, dulces y con pocos ingredientes.
Además, son perfectas si querés sorprender sin complicarte demasiado. Tomá nota de esta receta fácil y práctica.
Ingredientes básicos para las galletitas de miel
- 250 gr. de harina común.
- 100 gr. de manteca a temperatura ambiente.
- 1 huevo fresco.
- 3 cucharadas de azúcar (puede ser blanca o rubia).
- 4 cucharadas de miel (preferentemente de buena calidad).
- 1 cucharadita de polvo de hornear (levadura).
Paso a paso para preparar las galletitas
1. Mezclá los ingredientes secos: En un bol grande, poné los 250 gr. de harina y añadí la cucharadita de polvo de hornear. Esto ayudará a que las galletitas queden esponjosas y suaves.
2. Prepará la mezcla húmeda: Batí el huevo en un recipiente aparte hasta que esté bien integrado y sumalo al bol con los ingredientes secos. Incorporá también los 100 gr. de manteca, las 3 cucharadas de azúcar y las 4 cucharadas de miel.
3. Formá la masa: Comenzá a mezclar todo hasta lograr una masa homogénea y compacta. Si está un poco pegajosa, podés agregar una pizca extra de harina. Dejála reposar por 10 minutos para que la masa tome cuerpo.
4. Estirá la masa: Espolvoreá harina sobre una mesa limpia y, con un palo de amasar, extendé la masa hasta que tenga un grosor de unos 2 cm. Este grosor es ideal para que las galletitas queden tiernas.
5. Cortá las galletitas: Usá moldes de formas divertidas o un vaso pequeño para cortar las galletitas. Colocalas en una bandeja enmantecada o cubierta con papel manteca para evitar que se peguen.
Horneado perfecto
6. Precalentá el horno: Encendé el horno a 175°C y dejalo precalentando durante 15 minutos.
7. Cociná las galletitas: Llevá la bandeja al horno y cociná las galletitas durante 15-20 minutos, dependiendo de tu horno. Sabés que están listas cuando los bordes empiezan a dorarse ligeramente.
8. Enfriá y serví: Sacalas del horno con cuidado y dejalas enfriar sobre una rejilla. Este paso es clave para que mantengan su textura ideal.