Este 16 de febrero se cumplió un año de la trágica muerte de Gustavo Martínez, la persona que Ricardo Fort eligió para que se haga cargo de sus hijos. Desde que murió el artista, el personal trainer fue el tutor de Marta y Felipe Fort, pero se quitó la vida días antes de que los jóvenes cumplieran la mayoría de edad.
Martínez se arrojó del balcón de un piso 21, precisamente del departamento en el que vivía con los hijos de Ricardo. El hombre atravesaba una dura enfermedad y la familia Fort fue señalada por la decisión que tomó el deportista, de terminar con su vida.
En el primer aniversario de su muerte, Marta Fort sorprendió al compartir un posteo dedicado a su padrino. La joven publicó un escrito en sus historias y fue contundente al referirse a la muerte de quien fue la pareja de su padre.
“Un año ya sin vos. Por más cosas que hayan pasado, siempre te voy a recordar en tus mejores momentos y con mucho cariño. Toda mi familia y yo hicimos todo lo posible para cuidarte y yo sé que vos lo sabés”, escribió la joven.
“Me hiciste crecer mucho en muy poco tiempo y como estuviste para mi en tus momentos de claridad, después nos tocó a nosotros en conjunto con Marisa ayudarte cuando esta enfermedad que negabas, avanzaba”, siguió.
“De chiquita era más apegada a vos que a mi papá, y por esos momentos lindos es que yo elijo darte un lugar en mi corazón, más allá de como me hizo sentir tu final. El amor más puro es el que se demuestra a puertas cerradas”, cerró el mensaje.
El último mensaje de Gustavo Martínez, el ex de Ricardo Fort, antes de morir
Tras su dura muerte, se conoció el último mensaje de WhatsApp que mandó Gustavo Martínez a su sobrino Nicolás horas antes de suicidarse.
En la comunicación con su familiar, el personal trainer le contó que se encontraba perdido y solo “en un mundo de mierda” y que le pedía que no lo abandone. La información fue brindada por el periodista Daniel Ambrosino, en ‘Intrusos’.
El periodista narró cómo fue el último mensaje que Gustavo envió a su sobrino Nicolás, horas antes de morir. La comunicación comenzó de la siguiente manera: “No sé qué hacer, estoy como sin rumbo. Estoy en un lugar que parece que, lo único que hay que hacer, son cagadas”.
“No me abandones. Me siento solo, estoy en un mundo de mierda, no voy a hacer nada. La gente que me rodea es un asco” expresó Gustavo a su sobrino.