“El domingo 11 de marzo de 1945, cuando su unidad de infantería se detuvo en Acht, Alemania, para prepararse para los peligrosos cruces de dos ríos, el Mosela y el Main, un esbelto capitán con gafas y ex violinista de la Filarmónica de Kansas City encontró una máquina de escribir y le escribió una carta a su hijo”. Con estas palabras daba inicio en The Washington Post a su columna conmemorativa Jeffrey H. Smith, un periodista que recientemente hizo un hallazgo invaluable.
Después de 74 años el hombre encontró una carta de su padre, soldado americano que combatió en la Segunda Guerra Mundial, y el impacto de sus palabras llevaron al hijo a hacer uso de su profesión para compartir con el mundo entero lo dicho por un héroe, padre de familia y fiel ciudadano de Estados Unidos.
“No envió su carta por correo, sino que la puso con sus efectos personales, sabiendo que se la enviarían sin problemas a mi madre en caso de que lo mataran. La carta permaneció en sus papeles personales hasta que mi hermana menor la encontró en la primavera de 2019. Lloré cuando la leí”, confesó Smith, que encontró en las amarillentas hojas un sentido profundo de amor y respeto por su progenitor.
La íntima carta no solo demuestra el cariño de un padre que, a pesar de no haber conocido a su hijo de cuatro meses, podía conocer los misterios de la recreación y la dicha de ser padre. Pero el impulso que el periodista tuvo para compartirla fueron los valores nacionales que expresa, demostrando su fidelidad a la patria que lo vio nacer y por la que luchaba en el momento de mecanografiar.
Vale la pena leer esta misiva de otra época, donde las verdades universales no vagabundeaban en lo ambiguo. Las palabras son una luz entre las historias de la terrible guerra que dejó, según los cálculos más pesimistas, cerca de 100 millones de muertos.
De un padre a su hijo:
"Domingo, 11 de marzo de 1945
Mi querido Jeffrey,
Escuché mucho sobre ti, Jeffrey, y pensé que no te había visto, pero siento que te conozco muy bien. Estamos en lados opuestos del mundo, pero los fuertes lazos entre padre e hijo borra la distancia y me siento muy cerca tuyo. Tú eres una parte mía, ¿sabes? y te di algo de mi vida cuando apareciste, pero al mismo tiempo tú me diste algo intangible que tiene un valor en la vida que no puede ser medido, el orgullo y la dicha de la recreación, el completar el círculo de la vida, y por esto estoy en deuda contigo.
Un niño del cual su padre puede estar orgullo es uno de los mayores logros de la vida que Dios nos dio, y ese hecho sólo crea un lazo entre su padre y su hijo que nadie podrá violar.
Estoy contento por el destino que hayas nacido norteamericano, y a medida que crezcas podrás darte cuenta de cuántas ventajas y oportunidades hay en la tierra en la que naciste. Nuestro país no está libre de manchas o reproches, pero los preceptos sobre los cuales fue fundado todavía permanecen y los conceptos fundamentales de libertad, justicia, igualdad, derechos y religión la hacen una tierra de oportunidades y una vida rica.
He visto suficiente de esta tierra para saber qué significa eso ahora. Antes de esta experiencia, lo daba por descontado y no sabía cuánto valía hasta que no lo tuve.
A medida que un hijo crece, los consejos de su padre suelen ser que sea un buen muchacho, pero un análisis de esa sentencia tiene que ver con identificar los valores fundamentales para la vida: obediencia, veracidad, confianza, amabilidad, tolerancia, fecundidad y respeto por los derechos de las otras personas. La Regla de Oro nunca debe ser olvidada, Jeffrey. Tan pronto como puedas, adquiere un verdadero sentido de valores así puedas estar en condiciones de reconocer las cosas que son verdaderamente importantes en la vida.
Una escala distorsionada de valores le sustrae a muchas personas el verdadero valor de las cosas. Mantente saludable, Jeffrey, tanto física como mentalmente. Aprende a amar el aire libre. Cuando seas lo suficientemente grande, únete a los Boy Scouts, y aprende cómo amar y apreciar de la Naturaleza... y como contrapartida descubre cuánto tiene ella para darte. Emprende caminatas, enciende fogatas y duerme bajo las estrellas. Cosas básicas y simples que añadirán algo a tu vida que nunca obtendrás de otras fuentes.
Aprende a amar la belleza, Jeffrey, dondequiera que la encuentres: en la música, en los paisajes, en los libros, en todo. Desarrolla una mente inquisidora, y siempre recuerda que el aprendizaje es un proceso que nunca se termina. La cultura no pertenece a un mundo femenino, y sin ella volvemos a la era de las cavernas. Equilibra tu aprendizaje y obtendrás una mente ordenada y saludable. Busca las cosas refinadas de la vida, Jeffrey, pero nunca olvides el verdadero valor de las cosas simples y básicas que agregan tanto a tu vida. A eso me refiero cuando te digo que adquieras un verdadero sentido de los valores. Respeta el dinero por lo que pueda hacer por ti, pero ten en cuenta sus limitaciones. A partir de cierto punto no agregan nada a la vida. Nunca confundas ambición con codicia.
Por último y lo más importante, aprende a conocer a Dios, y aprende a amarlo y a apreciarlo por lo que él es y puede hacer por ti. Nunca dejes ir un día sin leer un poco de la Biblia, y desarrolla una fe que pueda hacerte pasar por cualquier cosa, nunca olvides, que necesitas a Dios.
Pronto estaremos juntos, Jeffrey, y algún día conversaremos estas cosas juntos y haremos todas las cosas que un padre y su hijo pueden hacer juntos. Esto no durará por siempre y luego podremos vivir la vida como debería ser vivida. Tenemos muchos grandes momentos por delante. Muchas gracias por tu carta, espero tengas tiempos de escribirme otra.
Tienes a la mejor madre del mundo, Jeffrey. Lo sé porque a esta altura habrás descubierto cuán dulce y amable es ella. Tú y yo podemos estar agradecidos de que tu madre y mi esposa sean la misma persona. Estamos muy orgullosos de ti, Jeffrey. Sé un verdadero niño y crece para convertirte en un verdadero hombre.
Con amor,
Papá".