Llega un momento en la mente de quienes son padres, que el llanto de su neonato es tan intenso y fuerte, que comienza a poner de mal humor y estresar a los mayores y si bien parece una ciencia, calmar al bebé puede ser más fácil de lo que uno cree.
Tras comprobar que se encuentra bien, que no tiene hambre y que su pañal está seco, los padres recurren a todos los trucos posibles para que su bebé se tranquilice y se duerma, lo que incluye balanceos, nanas, arrullos y la última de las opciones: el paseo en coche. Pero el berrinche nocturno continúa y los nervios comienzan a ser habituales.
Un grupo de científicos japoneses dice haber descubierto la fórmula para acabar con esta frustración experimentada por la mayoría de los padres. Explican su estrategia en la revista ‘Current Biology’ y es tan sencilla que probablemente a alguno le parezca decepcionante.
Según escriben, para calmar a un bebé que llora hay que hacer lo siguiente: caminar con el niño en brazos cinco minutos; sentarse con el pequeño encima entre cinco y ocho minutos y después, conseguido el propósito, depositarlo tranquilamente en su cuna. Así de fácil. Y dicen que funciona.
Con este truco, no debería haber mayores problemas para calmar al bebé y hacerlo dormir cuando llore, patalee y necesite manifestarse mediante el llanto.