Finalmente, Britney Spears y Sam Asghari se casaron, según informó la revista People. Fue una celebración íntima, cerca de 60 invitados, y se realizó ayer a la noche aunque durante todo el día de ayer se hablaba de una fiesta al mediodía, según Gente.
Al evento asistieron celebridades como Drew Barrymore, Madonna, Paris Hilton y Kathy Hilton y el hermoso vestido de la novia fue un diseño de Donatella Versace. Un momento muy emotivo de la noche fue cuando la novia caminó hacia el altar con la canción Can´t Help Falling in Love de Elvis Presley.
“Britney comenzó a planear y soñar con su boda poco después de comprometerse en noviembre... Es un gran tema para ella que finalmente pueda casarse. Quiso que sea perfecto”, le explicó una íntima amiga de la novia.
Su ex marido intentó cancelar la boda
Cuando estaba todo listo para que la boda sea perfecta ocurrió algo inesperado: Jason Alexander, ex esposo de la cantante, se coló en el evento y empezó a transmitir en vivo los preparativos de la fiesta.
Alexander, de 40 años, saltó una cerca de la casa de la intérprete de “Toxic” en Los Ángeles y burló al personal de seguridad, a quienes les insistió con que era un invitado especial de su primera y única esposa. Luego, recorrió todos los ambientes y empezó a preguntar “dónde está Britney”.
Obviamente, cuando la cantante se enteró de lo que estaba pasando llamó a la policía que, inmeditamente acudió en su ayuda, y se llevó a Jason del domicilio. Allegados a la estrella pop aseguran que el objetivo de su ex marido era pedirle que cancele su casamiento pero la realidad es que no se sabe si esto es real o sólo quería mostrar la intimidad de la previa al casamiento. En cualquier caso, ambas situaciones son desagradables y desubicadas.