Hacer actividad física es considerada una de las mejoras opciones para mejorar la calidad de vida y contribuir para el bienestar de la salud mental y física. Los beneficios se podrán ver a partir de varios factores: la duración, el tiempo, y el individuo en específico.
Existen miles de formas para realizar ejercicios fuera de casa: caminar a paso ligero o trotar, saltar la soga, ir a clases de bailes, levantar pesas, usar una bicicleta, etc. Dentro del hogar, según especialistas: se puede barrer, limpiar el auto con intensidad, subir escaleras, excavar en el patio, entre otras cosas.
Cabe destacar que, según varios artículos científicos, los jóvenes adultos diagnosticados con sobrepeso y obesidad, ejercitándose con actividad aeróbica durante la mañana, obtuvieron mejores resultados en cuanto al peso que los que lo hicieron durante la noche.
Los individuos que realizan ciclismo, el rendimiento por la mañana es más variada que por los horarios nocturnos, ya que absorben mejor el oxígeno, aumenta la frecuencia cardíaca y mejora el estado de ansiedad y estrés.
Además, hacer ejercicios en horarios matutinos, aporta para tener una mayor concentración durante el día. La ciencia ha demostrado que, el ejercicio en estos horarios, te ayuda a pensar con mayor claridad y a estar más concentrado.
El llevar a cabo una actividad física moderada, ayuda a traer mejores rendimientos. Según diversos documentos divulgados por la Biblioteca Nacional de Medicina, hacer ejercicio una hora por la noche, mejora la sensación de sueño y la somnolencia diurna durante el día posterior.
También, las personas que hacen ejercicios por la noche, pueden conciliar el sueño más tarde y tener mas tiempo de sueño. Además, las personas que realizan resistencia muscular en las actividades, encuentran mejores resultados durante los horarios nocturnos.
Por último, la actividad física por la noche, permite disminuir las preocupaciones, incrementa la fuerza y masa muscular, regulan el reloj interno y el ritmo cardíaco. Además, Aumentan la producción de serotonina, la hormona encargada de la felicidad.
Seguí leyendo
