La pera es por excelencia una de las frutas que más se usan para dietas y cuidados del medio ambiente. El primer motivo por lo que es así es su bajo contenido energético (57 calorías por cada 100 gramos), y otra de las justificaciones es su capacidad de regular la función del sistema digestivo. Ambos efectos facilitan la reducción de la ingesta de carbohidratos y grasas, permitiendo la disminución del peso corporal.
Si bien estas dos razones son más que suficiente para que la pera deba estar en tu vida diaria, estos son otros beneficios que tiene esta fruta tan sabrosa, según el portal Mui Kitchen:
La pera evita el estreñimiento
La ingesta de alimentos con alto contenido de fibra, como la pera ayuda a combatir el estreñimiento y a la evacuación irregular. Esta fruta promueve el movimiento del material a través del tracto digestivo, y aumenta el volumen de las heces, condiciones que favorecen la expulsión.
También, el alto contenido de agua que posee la pera ayuda a que las deposiciones tengan una consistencia adecuada, evitando así el estreñimiento.
La pera ayuda al tratamiento de las hemorroides
La pera es una fuente de vitamina K, que ayuda a acelerar el proceso de coagulación de la sangre. También contiene vitamina C, la cual forma una proteína requerida para sanar heridas y formar tejido cicatricial.
La pera ayuda a mantener la salud intestinal
Una dieta alta en fibra reduce el riesgo de desarrollar hemorroides y la enfermedad diverticular. Esto debido a que parte de la fibra se fermenta en el colon, lo que favorece el crecimiento de una flora bacteriana que protege las paredes intestinales.
Por otra parte, la vitamina C que tiene la pera, sirve como potente antioxidante, que disminuye el efecto negativo de los radicales libres. Por ello, su consumo regular ayuda a prevenir enfermedades degenerativas en el tracto digestivo, como las úlceras y el cáncer de colon.