Si bien ya son varios años desde que, en 2014, Juana Viale y Gonzalo Valenzuela le pusieron fin a su relación, tras el nacimiento de Alí, su tercer hijo, que llegó luego de Ringo, que murió a los minutos de nacido.
Juana Viale y Gonzalo Valenzuela tuvieron a Silvestre, Ringo y Alí, en los ocho años que estuvieron juntos en pareja. Sin embargo, el mediano tuvo pocos minutos de vida. Desde entonces, el modelo relata desde el dolor cómo se hace para seguir adelante.
Al referirse a la nieta de Mirtha Legrand, los recuerdos siempre son buenos. “Con ella tuve lo que toda la vida siempre deseé, tener una familia, volver a tener un núcleo familiar, que fue mi gran carencia porque desde los 20 años nunca más tuve familia”, confesó, agregando que “lo pasamos muy bien, fue mi familia mucho tiempo, y es por lejos la mujer más importante que he tenido en mi vida”.
Sobre el momento más triste en la vida de ambos, Valenzuela reflexionó con muchos sentimientos encontrados: “Cuando pasó lo de Ringo fue durísimo, él fallece en el parto” y no dudo en afirmar que “fue una negligencia médica, absolutamente”.
“La veía a Juana que estaba metida en la tina con contracciones muy seguidas, y la partera me decía que no fuéramos a la clínica, que podíamos ir mañana, y me mandó a comprar unos remedios, se los di y seguía con las contracciones”, relató el actor chileno.
Más allá del consejo, la pareja decidió ir al médico: “Me subí al del auto y nos fuimos a Buenos Aires, y llegamos 10 minutos tarde, y ya con tanta contracción la guagüita se había hecho caca adentro... eso es terrible”, confesó.
Como siguió adelante con la muerte de Ringo
Ante el fallecimiento, Gonzalo Valenzuela y Juanita tuvieron que enfrentar aún más dificultades, ya que tenían que contarle a su hijo: “Con Silvestre vi una película mexicana El Libro de la Vida, de Guillermo del Toro, y la encontré maravillosa, porque ahí representa la muerte de una manera maravillosa: que mientras uno recuerde a sus muertos, van a estar en un lugar de luz, en un lugar donde ellos van a estar bien”.
“Cuando los olvidas, pasan a ser almas en pena. Por eso es muy importante que estén siempre presentes, y para mí están siempre presentes”, siguió el guapo actor, que hoy tiene 45 años.
Sobre cómo seguir adelante, Valenzuela fue directo: “Es duro, pero me ayudó mucho. Aunque suene fuerte, agradezco todo lo que me ha pasado, porque soy lo que soy gracias a lo que me ha tocado vivir. Si hay algo que duele, es la muerte de un hijo. Pero me levanto todos los días pensando en que, si me muero hoy, me muero tranquilo. He podido ayudar a mucha gente gracias a esa experiencia”, admitió.