Este lunes se vivió uno de los momentos más esperado en esta edición de Gran Hermano, cuando Romina por fin pudo abrazarse con sus tres hijas, quienes ingresaron a la casa más famosa del país.
En estas instancias finales, tanto la exdiputada como Marcos, Julieta y Nacho palpitan lo que será una gran final plagada de muchísimas emociones y momentos culmines.
Al ser los últimos cuatro integrantes de la casa más famosa del país, Gran Hermano decidió otorgarles un beneficio único, como el de permitir que sus familiares accedan al SUM y compartan un tierno momento con ellos.
La primera beneficiada entre los hermanitos finalistas fue Romina, quien finalmente pudo abrazar y sentir el cariño de sus tres hijas: Mía, Nina y Felicitas, quienes ingresaron de la mano de su niñera.
La reacción de Romina al ver a sus hijas
Romina Uhrig apenas ingresó al SUM no pudo contener las lágrimas y corrió para abrazar a sus tres hijas: “Las amo, son mi vida”, les dijo.
Lo cierto es que además de preguntar por cosas cotidianas y por la vida de sus conocidos, la participante habló con las chicas acerca del colegio, el día a día, la alimentación, los amigos y de la fiesta de egresados de la mayor. Además, pudo jugar con las pequeñas y Gran Hermano le permitió presentarles a Caramelo, la mascota del programa a la que Romina decidió adoptar.
“¿Están comiendo bien, no le están dando cualquier pavada?”, preguntaba constantemente Romina a la niñera, a quien recordó que no debía darles caramelos ni tampoco dejar que consumieran Coca Cola.
Pese a que todavía no hay nada confirmado, se prevé que ingresen a la casa algunos familiares que no pudieron convivir con los concursantes. Estos serían: Lucca Bardelli (el novio de Julieta Poggio), la abuela de Nacho Castañares y el papá de Marcos Ginocchio.
