Coti visitó el estudio del debate del Gran Hermano tras convertirse en la primera eliminada de año y la décima en orden de salidas.
Era la visita más y menos esperada del grupo porque si bien estaba cantada su salida por los últimos hechos en la casa y había mil preguntas para hacerle, todos veían a la correntina como una posible finalista.
La que suele arrancar con la tanda de preguntas, después de la presentación de Santiago Del Moro, es Laura Ubfal y no arrancó tranquila. Fue directo a la yugular.
“Con respeto y con amor, quiero saber si en la vida real sos tan celosa, envidiosa, caprichosa y falsa como se te vio en la casa” preguntó la panelista
Coti, que no se achica ni medio paso, salió a responder tranquilísima. Admitió ser celosa y le echó la culpa a la casa, como hacen todos.
La correntina explicó que tener 24 horas a una persona que acababa de conocer era muy fuerte, algo que ella no había vivido nunca porque no había convivido con nadie.
Después sobre ser envidiosa, dijo que no. Laura Ubfal le señaló algunas cosas puntuales de Julieta. “Dijiste cosas de Julieta que mostraban envidia” lanzó la panelista. “Dije cosas de todas las chicas” reconoció la jugadora.
COTI RECIBIÓ LAS BALAS DEL DEBATE SIN DESPEINARSE
En un mano a mano único, todos los panelistas quisieron preguntarle cosas a Coti. Una de ellas fue Costa, que fue por al lado de la comunidad LGBTIQ+ por los dichos homofóbicos de la jugadora sobre Nacho, su padre pansexual y su pareja homosexual.
Coti trató de defenderse y pidió disculpas por si se sintió así. Costa, rápida de reflejos, le retrucó: “no se sintió, vos lo dijiste”.
HASTA DIOS ENTRÓ EN EL DEBATE
Uno de los mejores momentos de la noche fue cuando Laura Ubfal le preguntó si ella creía que Dios le había perdonado todas las maldades que había hecho en la casa.
Los demás se lo tomaron en joda y Sol Pérez intentó poner una cuota de sensatez en la charla asegurando que Dios tiene cosas más importantes por las que preocuparse.
El tema hubiese terminado allí, pero Coti fue más allá y reveló que ella le pidió a Dios entrar a la casa y que si Dios hubiese visto las maldades que iba a hacer, no la hubiese dejado entrar. Un delirio.