Gran Hermano está llegando al final y se viven momentos decisivos. En ese marco, este martes se vivió la última prueba del líder, una instancia clave para saber quiénes conformarían la placa del próximo domingo. Finalmente, los ganadores fueron Marcos y Romina, mientras que Julieta se quebró en vivo por haber quedado nominada junto a Nacho.
La final está a la vuelta de la esquina y los jugadores compiten por 15 millones de pesos y una casa. La línea de meta está ahí nomás y la ansiedad se hace notar.
LA ANGUSTIA DE JULIETA
Esta prueba era fundamental. Quienes ganaban el desafío, participan este miércoles por un lugar en la final porque, como confirmó Santiago Del Moro, sólo tres participantes serán finalistas.
A Nacho y Julieta no les alcanzó y perdieron ante Romina y Marcos. Cuando el conductor de GH les preguntó cómo estaban, Julieta explotó.
“Me re costó a mí. Yo te juro que puedo bailar tres horas, pero correr... soy malísima. Me da frustración por Nacho... en realidad, ¿te digo lo que me da frustración? Como que se me cambian los planes, ya pensábamos que estábamos todos los cuatro... qué boluda”, confesó llorando.
LA DURA PRUEBA POR UN LUGAR EN LA FINAL
La prueba de este martes estuvo a la altura de las circunstancias. Los participantes tuvieron que correr y mostrar muchísima resistencia. El desafío era simple, pero duro.
En una especie de columpios, de un lado la foto de los participantes contrarios y del otro, una caja. Los jugadores tenían que llenar la caja con arena para que baje y suba la foto de quien quedaría nominado.
El desafío fue en dupla y una de las parejas arrancó con gran ventaja. La exdiputada y el salteño tomaron un ritmo imparable desde el principio y no hubo sorpresas sobre quién ganaría.
La elección de las parejas fue decisión de los jugadores y estuvo teñida de polémica porque fue Romina la que en pocos segundos determinó quién jugaba con quién.