Mora Jabornisky es la última eliminada de Gran Hermano. La polémica participante tuvo una semana complicada en la que, aliada con la Tora, maltrataron (o destrataron) a Agustín y eso las condenó con el afuera.
Desde que entró, Mora se convirtió en protagonista de la casa. Divertida, ocurrente e inquieta, la joven dejó su huella en la casa más famosa del país, como la define Santiago del Moro.
Tras su salida, visitó el debate de Gran Hermano y se enteró de muchas cosas que la descolocaron. Quién la nominó, quién habló mal de ella, en definitiva, quién la traicionó. Su cara se iba desfigurando al saber que Coti efectivamente le hizo la nominación espontánea, que Agustín sí había ido a pedir los productos de perfumería y que Juliana llevaba y traía de grupo en grupo.
A la hora de hablar de ella, su lenguaje corporal habló más por ella que lo que le respondió a Del Moro. Visiblemente incómoda, Mora esquivó el tema y se refirió brevemente a su historia de vida. Dejó bien claro que Cristina es su mamá y se molestó cuando le dijeron que ella había estado muy mal con el “hate” que le habían tirado a su hija. Ella entendió que la habían atacado a Cristina y saltó ofuscada. No le toquen a mamá.
LA DIFÍCIL HISTORIA DE VIDA MORA
La mamá de Mora murió cuando ella era muy chica y su papá hizo pareja con Cristina Haureluk. Al poco tiempo, falleció el papá de Mora y Cristina terminó adoptando a Mora y su hermana.
“Yo siempre digo que tengo dos mamás y un papá” dijo Mora sobre su familia. Y recalcó que su mamá es quien le banca sus estudios y la que se desvive por ellas.
En declaraciones con medios de Misiones, Cristina confesó que se enteró a último momento de la decisión de su hija de entrar a la casa de Gran Hermano. También contó que se trata de una persona sociable y solidaria, algo que no mostró en su paso por la casa.