Tras la detención de Marcelo Corazza, comenzó a circular una fake news que aseguraba que en el teléfono del productor hallaron fotos de Julieta Poggio, finalista de Gran Hermano. Esto preocupó a la familia, que rápidamente se comunicó con la producción y llevaron tranquilidad a los fanáticos de la joven.
En el ciclo Invasores de la tv (AméricaTV), afirmaron que en el celular de Corazza habían imágenes íntimas de la joven.
Fue el periodista Paulo Kablan quien, en el programa A La Barbarossa, aseguró que aún no se abrieron los teléfonos del primer ganador de Gran Hermano porque estaban esperando al perito de parte.
Por su parte, Pato Destefani, mamá de Julieta Poggio, habló a través de sus redes y aclaró la situación. “Nosotros estamos hablando con la producción. Nos aseguran que este individuo no tuvo nunca acceso a la casa”, expresó.
“Por supuesto es lo que la producción dice y nosotros vamos a tomar medidas y recaudos, en caso de que así sea”, explicó Patricia a través de sus historias de Instagram.
“Lo que vamos a hacer es esperar, averiguar. Nosotros ya estamos charlando con un abogado para que nos asesore. No vamos a hacer que esto opaque la felicidad de saber que Juli está donde quiere estar y que lo logró”, dijo haciendo alusión a la final de Gran Hermano.
El rol clave de Roberto Piazza en la detención de Marcelo Corazza
Los hechos denunciados y que llevaron a Marcelo Corazza a la cárcel se produjeron en el año 2001, hace 22 años atrás. Si no hubiesen cambiado las leyes en nuestro país, la causa estaría prescripta, pero gracias al aporte, en este caso del diseñador Roberto Piazza, hoy las cosas cambiaron en defensa de quienes fueron abusados siendo menores de edad.
En la causa de Marcelo Corazza consta que la víctima nombra al ex ganador y productor de Gran Hermano en su denuncia.
Según el joven, que en ese momento era menor de edad, se vio seducido por la importancia mediática que Corazza tenía en ese momento.
Esto pasó en el 2001 y hasta el 2011, en la Argentina, los delitos contra la integridad sexual prescribían a los 12 años de cometido el delito, pero la “Ley Piazza” modificó el artículo del Código Penal.
Y la prescripción comienza a correr desde que se denuncia el hecho, independientemente del tiempo que haya pasado. Por eso, la causa contra Corazza y la supuesta red de trata y prostitución sigue adelante.