En Argentina, a pocos kilómetros del centro de Mar del Plata, se encuentra una joya escondida que combina la tranquilidad y el contacto con la naturaleza: una playa nudista de acceso gratuito y vestimenta opcional que pocos conocen, pero que figura entre las cuatro más hermosas del país, según TripAdivor.
A pesar de su cercanía con La Feliz, ofrece una experiencia única y diferente para quienes buscan un espacio de libertad y confort.
Un balneario con más de 20 años de historia
El balneario, creado hace más de dos décadas por la Municipalidad de General Pueyrredón, se caracteriza por su ambiente íntimo y relajado.
“La Playa Escondida”, como se la conoce, fue concebida en 2001 por ordenanza municipal y, desde 2002, está administrada por la Asociación Naturista del Sur.
Su popularidad ha crecido considerablemente, no solo por sus encantos naturales, sino también por la atmósfera de respeto y convivencia que promueve.
Cómo llegar y qué esperar
Situada a solo 45 minutos en auto desde el centro de Mar del Plata, sobre la Ruta Provincial 11, La Escondida está rodeada de dunas y acantilados, lo que refuerza su carácter reservado.
Al llegar, una pasarela de madera rodeada de vegetación conduce a la playa, donde se puede optar por disfrutar con o sin ropa.
“Por más que el nudismo sea el distintivo de la playa, nadie está obligado a despojarse de su vestimenta”, explican los responsables del balneario.
Para quienes no cuentan con vehículo propio, es posible llegar en colectivo a través del servicio Costa Azul, que conecta Mar del Plata con Miramar y deja a los pasajeros en una parada cercana a la playa.
Servicios y reglas del lugar
El balneario ofrece varios servicios, incluyendo el alquiler de gazebos, sombrillas y reposeras, un bar de playa, una pileta climatizada y un sector de masajes con vista al mar.
Además, cuenta con estacionamiento propio. Todo esto convierte a La Escondida en una de las playas nudistas más completas de la región.
Sin embargo, para mantener la tranquilidad del lugar, se aplican reglas estrictas: está prohibido tomar fotografías que vulneren la intimidad de los bañistas, no se permite la venta ambulante ni la entrada con animales, y también está vetado escuchar música con parlantes o jugar a la pelota.
“Cualquier conducta de índole sexual está prohibida y, de presentarse, el infractor es invitado a retirarse”, detallan desde la administración del lugar.
A lo largo de los años, ha atraído a un público diverso, desde parejas y familias hasta turistas internacionales y miembros de la comunidad LGBT. Como señalan los administradores, la clave del éxito radica en la convivencia pacífica y el respeto mutuo: “Aquí solo se mira a los ojos”.