Tamara Montivero es una emprendedora que tiene un local de comida rápida y que fue víctima de un acto repudiable. La engañaron con el pedido de un delivery falso causándole pérdidas graves en cuanto a lo poco que tenía reservado como mercaderia en su local. Sin embargo, el incidente tuvo un giro inesperado que reivindica la fe en los actos bondadosos de las personas, a pesar de todo pronóstico.
Todo empezó cuando, el pasado 18 de junio, la madre de Tamara recibió un mensaje en su WhatsApp de una persona que le pidió una considerable cantidad de comida: 17 pizzas y 4 docenas de empanadas. Cuando se acercó a la cocina para ver cuál era la mercadería que estaba en stock, lo llamó y le expresó que eso era todo lo que les quedaba. Desde el otro lado del teléfono, la persona en cuestión le aceptó el ofrecimiento y les dijo que abonaría por la aplicación de Mercado Pago. Pero la transacción nunca se realizó.
“La persona que nos llamó tenía característica de Buenos Aires, un 011. Parecía un hombre adulto, se veía demasiado serio, tanto en la conversación, como en los audios, como que realmente quería el pedido. Supuestamente estaba en una celebración y un servicio de catering los había plantado. Nos envolvió mucho para que preparemos todo, hasta nos pasó un CBU, por eso le creímos”, explicó Tamara sobre la situación en diálogo con La Nación.
Aunque el grupo de personas que ayudó a Tamara con la entrega del exuberante delivery, entre ellos su mamá y su novio, no se imaginaban que eran víctimas de una broma de muy mal gusto.
“La ubicación que nos enviaba existía, estaba el chico del delivery y justo llegó mi novio. Decidimos separar las cajas en dos vehículos, ya que entre las pizzas y empanadas había 21 cajas y no podíamos poner una arriba de la otra. En un auto iba mi mamá con el chico del delivery. En el otro iba yo, junto con mi novio y mi hijo”, detalló en relación al momento en el que terminó de hornear los alimentos y tan solo faltaba llevarlos al destino indicado.
Cuando arribaron al lugar se dieron cuenta que estaba vacío y al llamar al supuesto cliente, nadie respondía. Tras comprobar que la persona del pedido nunca más iba a responder, se le ocurrió la idea de acercarse a un hospital de la zona para donar la comida. “Sinceramente quería que alguien nos recibiera las cajas e irme de la bronca, la impotencia, el dolor, la pérdida de mercadería. No quería saber más nada”, admitió. Si bien pensó que los profesionales del lugar simplemente iban a recibirle el pedido y dejarla ir, ocurrió todo lo contrario.
Una de las médicas presentes en el Hospital era Luciana Ortíz Luna fue la encargada de compartir en Tik Tok la historia de Tamara, con el fin de darle un apoyo a su emprendimiento. Rápidamente, la publicación se viralizó y el hecho se conoció en las redes sociales. “Ella me ofreció dinero, y entre un ida y vuelta, me dejó plata en el bolsillo. Yo no lo quería recibir. Lamentablemente fue una desgracia lo que pasó, pero no quería nada a cambio. Después de ver la publicación, la gente se comunicó con nosotros para hacer donaciones”, sostuvo.
Su emoción quedó capturada en los clips que subió la médica. Allí, además de contar la situación, habló de su emprendimiento llamado @estami.pizza. Se trata de un lugar familiar que surgió en plena pandemia. Con ayuda de su madre y su pareja, la joven cocina las pizzas y empanadas en un horno pequeño y con mucho esfuerzo logró un lugar en su ciudad, con clientes fieles.
“Fue lo que surgió y lo que salió en el momento, creo que todos tomarían la misma acción. ¿Qué mejor que realizar una donación al personal de salud?”, concluyó Tamara.